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El cultivador en macetas debe prestar mayor cuidado al diseño de su sistema de riego durante las vacaciones

Es importarte tener claro que hay una gran diferencia entre las condiciones de vida de una planta de cannabis que está sembrada en el suelo y puede extender sus raíces tanto como quiera hacia cualquier dirección en busca de agua, y una planta que vive en una maceta donde solo tienen acceso a varias decenas de litros de tierra en el mejor de los casos. Además, la tierra de las macetas suele alcanzar temperaturas mucho más altas que el suelo y está sometida a cambios mucho más drásticos en sus niveles de oxigenación y humedad. Por eso, el cultivador en macetas debe prestar mayor cuidado al diseño de su sistema de riego durante las vacaciones, mientras que quien planta en el suelo a menudo tiene suficiente con aportar agua en abundancia un par de veces por semana.

El problema del riego cuando no estamos se debe afrontar desde dos perspectivas al mismo tiempo para tener éxito: cómo reducir la necesidad de agua de las plantas y cómo aportarles el agua que necesitan. Por un lado, intentaremos que cada litro de agua de riego dure el máximo. En verano, con el fuerte calor, solo una pequeña parte del agua de riego es finalmente absorbida por las plantas. La mayoría del agua se pierde por evaporación desde el suelo. Cuando los rayos solares recalientan la capa superior del sustrato, el agua que contiene la tierra se evapora. Si la tierra está desnuda y el sol incide directamente sobre ella, se calienta mucho más y es posible que reguemos con veinte litros al día y que quince se pierdan evaporados mientras que solo cinco hayan entrado dentro de la planta. En cambio, si hay vegetación o una capa de mulch que protege al sustrato del sol, la evaporación se reduce hasta en un ochenta por ciento. Se pueden usar cortezas de pino, paja, grava, arcilla expandida o incluso plástico. La capa de mantillo atrapa y condensa la humedad, a la vez que reduce la evaporación. Otra ventaja del mulch es que ayuda a distribuir el agua de riego uniformemente por el sustrato y evita que queden zonas de tierra seca, además de aumentar la capacidad de retención de agua del suelo, puesto que el mismo mulch también retiene humedad.

Otro elemento que aumenta el agua que consumen las plantas es la temperatura. Cuando hace mucho calor, las plantas transpiran a través de los estomas de las hojas para refrescarse; es el mismo mecanismo que usamos nosotros cuando sudamos. En esa situación, un poco de sombra puede lograr reducir considerablemente la traspiración. Un truco poco empleado por los cultivadores y que da buen resultado es cubrir las plantas con una malla de sombra como si fuera un toldo. Pese a lo que mucha gente piensa, reducir entre un veinte y un cuarenta por ciento la intensidad del sol en pleno verano no hace que las plantas produzcan menos, de hecho, puede llegar a aumentar la producción, puesto que al reducir el estrés y la cantidad de energía que deben dedicar a mantenerse frescas pueden enfocarse en la creación de más flores y más resina. Especialmente cuando se cultiva en terrazas, patios o balcones con suelos de baldosas, es muy recomendable separar las macetas del suelo colocándolas sobre maderas u otros materiales aislantes para evitar que el calor del suelo se transmita a los tiestos.

Intentaremos que cada litro de agua de riego dure el máximo

No se puede descuidar el abonado en agosto; las plantas necesitan muchos nutrientes y si no los tienen no pueden engordar los cogollos tanto como nos gustaría. Lo que no coman en agosto ya no lo comerán en septiembre, por lo que no podemos pensar que ya les daremos un estimulador de floración o un engordador de cogollos las últimas semanas antes de la cosecha porque no funcionará. Si vamos a estar fuera todo el mes y no tenemos a nadie de confianza que pueda venir a abonar y regar las plantas, no tendremos más remedio que instalar un sistema de riego automatizado. La mayoría de estos sistemas se conectan al agua del grifo, por lo que las plantas solo reciben agua sin fertilizantes. ¿Cómo podemos abonarlas entonces? Hay que usar abonos sólidos que se esparcen por encima del sustrato y que se van disolviendo poco a poco con el agua de riego que sale por los goteros. Hay dos tipos de abonos sólidos: los orgánicos y los químicos o de síntesis. La ventaja de los primeros es que son más suaves y, aunque los apliquemos en cantidades grandes, no suelen provocar sobrefertilizaciones. El inconveniente que tienen es que hay que usar una mezcla de varios para lograr aportar todos los nutrientes necesarios. Una de las combinaciones más sencillas y efectivas es mezclar humus de lombriz y guano de murciélago; el primero aporta principalmente nitrógeno y microelementos, y el segundo, fósforo y potasio. Aplicaremos uno o dos puñados de cada uno esparcidos sobre el sustrato. Los abonos de síntesis son muy completos (si usamos uno que contenga NPK y microelementos), y los hay de liberación lenta, que van soltando los nutrientes a lo largo de varias semanas, con lo que nos aseguramos que las plantas están recibiendo alimento durante todas las vacaciones. El inconveniente que presentan es que resulta mucho más fácil pasarse con la dosis y provocar una sobrefertilización, por lo que hay que prestar mucha atención y no aplicar más cantidad de la que indica la etiqueta. Con todos los abonos sólidos hay que tener en cuenta que solo se disolverán y estarán disponibles para las raíces si se mojan con el riego, por lo que conviene colocar varios goteros en cada planta para que se moje toda la superficie de la maceta.

Quiero acabar recordando un problema que no tiene que ver con el riego pero que reaparece todos los años cuando los cultivadores se van de vacaciones: los ladrones de plantas. Aunque la época más crítica en cuanto a robos es a finales de septiembre o en octubre, cuando la mayoría de las variedades tienen los cogollos maduros y listos para la cosecha, no es nada infrecuente que también suceda en agosto. A veces son personas que desconocen que las plantas todavía no están maduras y las roban igualmente, o desgraciados que deciden robarlas con maceta y todo para acabarlas de madurar y cosechar ellos mismos. Otras veces los ladrones se centran en las plantas autoflorecientes que pueden estar ya bastante avanzadas. En cualquier caso, los robos causan gran desazón en los cultivadores y, lo que es peor, puede que los ladrones repitan los años siguientes. Por eso es muy importante asegurarse de que las plantas no son visibles desde el exterior nunca, pero, especialmente, cuando nos vamos de vacaciones. ¡Buen verano y buena cosecha!