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Aprovecha la primavera

Cosecha mixta de interior y exterior

Han pasado varios meses desde la cosecha y la bodega cannábica se está vaciando. Si ves que no te quedan suficientes cogollos como para mantener tu ritmo de consumo durante los ocho o nueve meses que quedan hasta el próximo octubre, quizás sea el momento de pensar en una cosecha de primavera. 

Han pasado varios meses desde la cosecha y la bodega cannábica se está vaciando. Si ves que no te quedan suficientes cogollos como para mantener tu ritmo de consumo durante los ocho o nueve meses que quedan hasta el próximo octubre, quizás sea el momento de pensar en una cosecha de primavera. 

Cultivo de cannabis
A la izquierda, este sencillo invernadero fue construido en una terraza y recibe la extracción de aire caliente de un indoor, lo que permite mantener las plantas a resguardo del frío. A la derecha, crecimiento en interior bajo fluorescentes.

Relación entre floración y fotoperiodo 

Las variedades tradicionales de cannabis, es decir, aquellas cuya floración viene determinada por el fotoperiodo, suelen germinar en primavera, crecer hasta el principio del verano y florecer entre agosto y octubre en la mayoría de las variedades. Las plantas han ido evolucionando para adaptarse al clima en el que viven, germinan cuando el clima empieza a calentarse, crecen mientras los días se van alargando hasta el solsticio de verano, el 21 de junio, y florecen mientras los días se acortan. Las plantas interpretan el alargamiento de las noches que sucede desde el mes de julio como un indicio de que el invierno se acerca y de que tienen que apresurarse para poder acabar de madurar antes de que llegue el frío. Esta respuesta de las plantas de cannabis frente al fotoperiodo es aprovechada por los cultivadores de interior para hacer que las plantas florezcan simplemente cambiando el fotoperiodo para que las noches sean más largas. 

El fotoperiodo natural que se da en primavera es muy semejante al del otoño y permite florecer plantas de cannabis en exterior

El fotoperiodo natural que se da en primavera es muy semejante al del otoño, de hecho, en el equinoccio de primavera, el 21 de marzo, el día y la noche duran doce horas, igual que en el equinoccio de otoño, el 21 de septiembre. Esta similitud en el fotoperiodo permite florecer plantas de cannabis en exterior durante la primavera bajo el fotoperiodo natural, normalmente en los meses de febrero, marzo, abril y mayo. 

El problema se da a la hora de crecer las plantas antes de la floración, ya que el clima entre diciembre y febrero es muy frío y con días muy cortos, por lo que las plantas apenas crecen y empiezan a florecer antes de tiempo. Hay dos técnicas para lograr que las plantas crezcan sin florecer en esos meses. En zonas muy cálidas, donde la temperatura no baja de 10 ºC ni de día ni de noche, como en las islas Canarias o en algunas regiones de la costa sur de la península Ibérica, se puede llevar a cabo el crecimiento al aire libre pero alargando el fotoperiodo natural con la ayuda de la iluminación artificial. Basta con encender una bombilla junto a las plantas unas cuantas horas tras el anochecer para que las noches no sean tan largas y evitar la floración prematura. El problema es que esta técnica solo es válida en zonas muy cálidas. En zonas de clima más frío, la temperatura exterior no permite mantener las plantas fuera en invierno y es necesario crecer las plantas en un invernadero con calefacción o directamente en un cuarto de cultivo de interior con iluminación artificial. Este último sistema es el más práctico en la mayoría de las regiones, y se denomina cosecha mixta de interior y exterior. 
 

Problemas del frío
Izquierda, las plantas no soportan las heladas nocturnas: este es el resultado. Derecha, el momento de sacarlas al exterior es delicado y cuando más sufren el frío.

Montaje del cuarto de crecimiento 

Quien ya cultiva en interior lo tiene fácil, basta con que ponga a crecer más plantas de las que normalmente cultiva en interior y, cuando llegue el momento de cambiar el fotoperiodo para que empiecen a florecer, sacar al exterior las que sobran. 

En cambio, quien no suele cultivar en interior tiene que preparar un espacio iluminado donde realizar la germinación y el crecimiento. Lo ideal es, sin duda, disponer de un lugar bien montado, con buenas lámparas, un sistema de extracción para renovar el aire y controlar la temperatura y un ventilador que genere una brisa alrededor de las plantas. Sin embargo, hay muchos cultivadores  que no están interesados en el cultivo de interior y no quieren, o no pueden, gastar mucho dinero solo para hacer crecer unas pocas plantas en invierno. Tranquilos, hay formas más baratas y sencillas como iluminar las plantas con fluorescentes que son baratos y no desprenden apenas calor, por lo que no es necesario instalar un sistema de extracción y ventilación. Es importante, eso sí, situar las luces lo más cerca posible de las plantas para que la aprovechen al máximo. 

El crecimiento en interior 

La fase de crecimiento debe durar al menos un mes desde la germinación para que las plantas tengan tiempo suficiente de alcanzar la madurez, pero se puede alargar más, si se quiere que se hagan más grandes. Hay que tener en cuenta que, al contrario de lo que pasa en la cosecha normal de verano, las plantas de primavera no suelen crecer tanto durante las primeras semanas de la floración, por lo que para que acaben con la misma altura hay que dejar que crezcan más en la fase de crecimiento. Es recomendable intentar aclimatar las plantas a las temperaturas que van a tener en exterior bajando la temperatura en el interior unos días antes de sacarlas fuera. 

Cuándo empezar la floración 

El periodo en que el fotoperiodo primaveral es adecuado para la floración va desde principios de febrero hasta mediados de mayo. Antes de estas fechas, los días son demasiado cortos y no hay suficientes horas de sol para un buen desarrollo de los cogollos. Después, las noches ya son muy cortas y las plantas pueden interrumpir la floración y empezar a crecer de nuevo. En general, se sacan las plantas al exterior para que empiecen a florecer tan pronto como las temperaturas lo permitan, es decir, cuando la temperatura nocturna no baje normalmente de 10 ºC y la diurna alcance con frecuencia 20 ºC o más. 

Plantas de cannabis
En la primera imagen, los cogollos son más pequeños pero pueden ser muy sabrosos. Derecha, pese a la maceta pequeña, esta planta superó con creces el metro de altura.

Trucos para mejorar la producción 

Si las raíces están a buena temperatura, la planta resiste mucho mejor aunque la parte aérea (tallos y hojas) tenga que soportar el frío

Las temperaturas frescas ralentizan el desarrollo de las plantas, por lo que conviene, en la medida de lo posible, intentar mantenerlas lo más calientes posibles situándolas dentro de un invernadero, aislando las macetas del suelo por medio de algún material aislante como el corcho o usando macetas de color negro que el sol calienta con mayor facilidad. Una buena idea es emplear macetas de poliestireno expandido (el corcho blanco de los embalajes), ya que tienen la propiedad de aislar la tierra y las raíces de la temperatura exterior. No olvidemos que al cannabis le gusta tener los pies calientes (las raíces). Si las raíces están a buena temperatura, la planta resiste mucho mejor aunque la parte aérea (tallos y hojas) tenga que soportar el frío. Por esta razón es también recomendable evitar regar con agua muy fría; resulta mucho menos estresante utilizar agua templada. 

Hay variedades que resisten mejor las temperaturas frías y, por ello, resultan más apropiadas para este tipo de cosecha. En general, las variedades índicas de hoja ancha suelen estar más adaptadas al frío que las sativas y dan mejor resultado en cosechas mixtas. 

Cosecha primaveral de autoflorecientes 

Las variedades automáticas o autoflorecientes son aquellas que no dependen del fotoperiodo para florecer, es decir, que empiezan a florecer cuando tienen unas tres semanas de vida, independientemente de qué fotoperiodo haya en ese momento. La principal ventaja de cultivar estas variedades en primavera es que no hace falta añadirles luz artificial durante el crecimiento y, por tanto, se pueden hacer directamente en el exterior. Sin embargo, tienen el inconveniente de que crecen poco y producen menos cuando se cultivan con pocas horas de luz y, a menudo, se quedan enanas, con solo uno o dos palmos de altura y apenas unos gramos de cosecha. Las autoflorecientes dan mucho mejor resultado si se siembran en mayo, tras recoger la cosecha de primavera, y se cosechan en julio; de ese modo habrán crecido en los meses de días más largos y cálidos del año, que es para lo que están pensadas. Una buena opción es hacer primero una cosecha mixta interior-exterior de variedades normales fotodependientes que florezcan entre marzo y mayo; a continuación, se siembran unas pocas autoflorecientes, que se cosecharán a finales de julio y, al mismo tiempo, las variedades de verano, que se cortarán en octubre. De este modo, las automáticas florecerán mientras las otras siguen en crecimiento y se cosecharán antes de que la plantación de verano se ponga a florecer. Con este sistema se cortan tres cosechas por temporada, en mayo, julio y octubre. 

Plantas de cannabis
Izquierda. Los tonos morados son muy frecuentes a causa del frío. En la segunda imagen. No esperéis cogollos muy densos pero sí abundante resina.

Ojo con la revegetación 

La fecha límite en la que se tiene que cosechar una planta para evitar que revegete, es decir, que abandone la floración y empiece a crecer de nuevo, depende de cada variedad, pero suele suceder a lo largo del mes de mayo. En la mayoría de los casos hay que cosechar en la primera mitad del mes pero, si aún no están bien maduras para esa fecha y les faltan un par de semanas, siempre se puede evitar que revegeten metiéndolas en un lugar a oscuras durante doce horas al día hasta que acaben de madurar. Siempre que tenga doce horas seguidas de oscuridad seguirá floreciendo sin revegetar. 

Si no os dais cuenta y la planta empieza a revegetar,lo notaréis enseguida porque de los cogollos brotarán pequeños tallitos con hojas a menudo retorcidas y se empezarán a estirar. Cuando esto sucede hay que optar por cosechar inmediatamente antes de que los cogollos se acaben de estropear. Cuanto más tiempo pasen revegetando antes de cosecharlas, en peor estado quedarán los cogollos. 

Aunque la revegetación es perjudicial para los cogollos también tiene algunas ventajas, como hacer una segunda cosecha con la misma planta. Este truco es especialmente agradable cuando descubrimos una planta que nos gusta especialmente y no queremos que se muera al cosecharla. Basta con cortar solo los cogollos sin cortar la planta y dejando tantas hojas en los tallos como podamos. Luego volvemos a abonar con fertilizante de crecimiento y, en un par de semanas de buenas temperaturas y días largos, empezará a crecer de nuevo y seguirá haciéndolo hasta que el fotoperiodo natural vuelva a desencadenar la floración en julio o agosto. Las plantas revegetadas no suelen ser tan productivas como las que florecen por primera vez, puesto que tienen un sistema radicular viejo que no funciona tan bien como el de una planta joven. Sin embargo, los esquejes cortados de una planta revegetada, una vez enraízan, sí que tienen la fuerza y el vigor de la primera vez. 

Plantas de cannabis en invernadero
Mientras la temperatura diurna pase de 15 oC, las plantas lograrán cogollar.

Conclusión 

La cosecha mixta interior-exterior de primavera es una técnica que permite obtener cannabis en una época que no es la habitual. No esperéis una cosecha tan potente y abundante como la de verano, ya que las plantas suelen quedarse más pequeñas. Pero, sí la reserva está bajo mínimos, seguro que será bienvenida y apreciada. 
 

 

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #254

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