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Nueve trucos para acelerar (o frenar) el crecimiento de las plantas en interior

Las plantas de cannabis tienen una gran capacidad de adaptación y son capaces de sobrevivir en circunstancias muy diferentes. Esto permite al cultivador jugar con distintos factores para controlar cómo se comportan las plantas. La intensidad de la luz, el fotoperiodo, el riego, los nutrientes, la temperatura, la humedad relativa y la concentración de dióxido de carbono (CO2) influyen en la velocidad de crecimiento y floración de las plantas. 

Nueve trucos para acelerar (o frenar) el crecimiento de las plantas en interior
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Nueve trucos para acelerar (o frenar) el crecimiento de las plantas en interior
Nueve trucos para acelerar (o frenar) el crecimiento de las plantas en interior

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La luz, el riego, los nutrientes, la concentración de dióxido de carbono y el clima del cuarto de cultivo son herramientas que, en manos del cultivador experto, permiten alteran el ritmo de crecimiento y floración de las plantas. Veamos el efecto de cada uno. 

De todos los elementos que influyen en el crecimiento y la floración de las plantas, la luz, su duración y su intensidad son los más importantes. En general, cuanto más intensa es la luz más crecen las plantas, tanto en la fase vegetativa como en la fase de floración. La duración de los días, en cambio, tiene efectos distintos en fase vegetativa y en floración. En la fase de crecimiento, cuantas más horas de luz, más rápido crecen las plantas; en la floración, en cambio, cuanto más larga es la noche, menos tardan en madurar los cogollos pero menos gruesos se hacen. 

Nueve trucos para acelerar (o frenar) el crecimiento de las plantas en interior

Los mejores cogollos requieren tiempo; solo debemos acelerar la floración cuando sea inevitable. 

"Cuanto más intensa es la luz más crecen las plantas, tanto en la fase vegetativa como en la floración"

Además de la luz, el CO2 ejerce un papel importante en el crecimiento. Aunque la atmósfera tiene una concentración de 400 ppm de este gas, las plantas pueden utilizar hasta tres veces más (1.200 ppm) sin problemas. Por tanto, un nivel alto de CO2 acelera el metabolismo del cannabis de manera que crece más rápido en la fase vegetativa o florece más abundantemente en la floración. Un cultivo de interior con CO2 extra puede incrementar su productividad hasta en un treinta por ciento. 

La influencia del riego en el crecimiento es más sutil, y habrá que tener en cuenta la frecuencia y la cantidad de riego, así como la concentración de nutrientes (EC). En general, los riegos más frecuentes, menos abundantes y con una EC más alta estimulan más el crecimiento que los riegos menos frecuentes, más abundantes y con EC más baja.

Nueve trucos para acelerar (o frenar) el crecimiento de las plantas en interior

Durante la fase vegetativa, aumentaremos horas e intensidad de iluminación para acelerar el crecimiento. 

Escenario 1: frenar el crecimiento 

Tenemos unas plantas en la sala vegetativa en crecimiento y no podemos pasarlas todavía a floración por la razón que sea: tenemos que cosechar antes las plantas que están ahora en la sala de floración, aún no hemos acabado de montarla, no nos han llegado las lámparas, etc. Según el desarrollo normal, las plantas alcanzarán el tamaño óptimo para empezar la floración dentro de una semana, pero no vamos a poder ponerlas a florecer hasta dentro de dos semanas. 

¿Qué podemos hacer? Lo mejor es retocar varios elementos del cultivo para lograr unas condiciones en que las plantas crezcan con mayor lentitud pero sin debilitarse. Reducimos la intensidad de la luz un poco (alejando la lámpara o reduciendo su potencia) pero no demasiado, de un veinte a un treinta por ciento menos de luz será suficiente. También debemos cambiar el fotoperiodo de crecimiento de 18/6 a 16/8. Además, bajamos la temperatura del cuarto de cultivo a 20 ºC durante el día y no menos de 16 ºC por la noche. Reducimos la EC de la solución nutriente de un veinte a un treinta por ciento, bajando la dosis de abono por litro de agua. La combinación de menos luz, menos temperatura, días más cortos y menos abono conseguirá que las plantas frenen su metabolismo y crezcan más lentamente, pero sin que su vigor y fortaleza se resientan.

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Cuando frenamos el metabolismo, las plantas consumen menos nutrientes y hay que reducir la dosis de abono para evitar sobrefertilizarlas. 

Escenario 2: acelerar el crecimiento 

Pongamos que necesitamos que las plantas crezcan a la máxima velocidad posible por necesidades de calendario: deben empezar a florecer en diez días y acabamos de trasplantar los esquejes recién enraizados. La mejor forma de acelerar al máximo el crecimiento es aumentar las horas de luz hasta la iluminación continua, es decir, 24/0. Es muy importante no pasarse con el riego en estos casos, pues es vital que la planta haga raíces fuertes y vigorosas, pero se deben aportar buenas dosis de nutrientes en el agua de riego. También podemos complementar la nutrición con fumigaciones de abono muy diluido en agua. Acelerar el crecimiento de este modo puede suponer un estrés añadido, por lo que solo se recomienda hacerlo con plantas sanas de genéticas vigorosas.

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Aumentando una hora la duración de las noches, las plantas maduran hasta una semana antes. 

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Acelerar al máximo la fase vegetativa permite cubrir el espacio con menos plantas. 

Escenario 3: frenar la floración 

De todos los escenarios este es, seguramente, el menos habitual. Sin embargo, hemos conocido situaciones en que era necesario; por ejemplo, las plantas estarán listas para la cosecha dentro de un mes pero justo esa semana tenemos turno doble en el trabajo y no vamos a poder dedicarnos a cosechar. En este caso deberíamos usar un fotoperiodo de noches no tan largas como suele ser habitual en el cultivo de interior. Usaremos 13/11 (válido para casi cualquier variedad salvo sativas puras) o, incluso, 14/10 (este fotoperiodo puede ser insuficiente para desencadenar la floración en variedades con algo de genética sativa, por lo que lo limitaremos a las índicas). El efecto de estos fotoperiodos de noches más cortas es ralentizar un poco la floración.

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Plantas madre con esquejes listos para la cosecha; si no podemos esquejar ahora, bajaremos la temperatura y los mantendremos así varios días. 

Escenario 4: acelerar la floración 

"La mejor forma de acelerar al máximo el crecimiento es aumentar las horas de luz hasta la iluminación continua"

Entre unas cosas y otras, nos hemos ido retrasando y las plantas acaban de entrar en floración el 10 de mayo. La variedad necesita normalmente nueve semanas (63 días) de floración para madurar, pero nos tememos que el calor de mediados de julio será excesivo y hará imposible mantener una buena temperatura en el cuarto de cultivo. Por tanto, necesitamos acelerar la floración en la medida de lo posible para cosechar las plantas antes pero intentando que la producción y la calidad no bajen o lo hagan lo menos posible. 

En este escenario, el mejor enfoque sería combinar un fotoperiodo de floración de noches especialmente largas (14/10 en lugar del clásico 12/12) con una alta intensidad de iluminación y un elevado nivel de CO2 (1.000-1.200 ppm). Las noches más largas provocan que la floración sea más rápida y los cogollos maduren antes, mientras que los altos niveles de luz y de dióxido de carbono estimulan al máximo el metabolismo de la planta, con el fin de que la producción se resienta lo menos posible de tener menos días para florecer. 

Nueve trucos para acelerar (o frenar) el crecimiento de las plantas en interior

No dejaremos que la densidad de plantas sea excesiva, ya que favorece la aparición de hongos y otras plagas. 

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La mejor forma de acelerar el enraizamiento de los esquejes es crear un entorno cálido, húmedo y suavemente iluminado. 

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Las lámparas led permiten graduar la intensidad de la luz sin necesidad de mover su altura. 

Nueve trucos para acelerar (o frenar) el crecimiento de las plantas en interior

El sistema de raíces es clave en el crecimiento: estimularemos su desarrollo no abusando del riego. 

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #313

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