El último mes del año es el mejor momento para evaluar el éxito de la cosecha, reflexionar sobre qué elementos podemos mejorar de cara al año que viene y, ¿por qué no?, quizás pensar en realizar un cultivo de interior durante el invierno.
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Con la cosecha ya seca y almacenada los cultivadores de exterior pasan el invierno nadando en la abundancia cannábica, normalmente consumen sin mucha moderación, comparten con los amigos y no prevén que el día en que las cajas se vacíen puede llegar mucho antes de la próxima cosecha.
Si no quieres pasar semanas o meses sin marihuana o tener que recurrir al caro mercado, lo mejor es prevenir y prepararse, empezando a cultivar una nueva plantación con tiempo suficiente para cosechar antes de fumar el último cogollo.
Doce meses entre cosechas es demasiado tiempo para la mayoría de los cultivadores que no suelen conseguir en una sola plantación cannabis suficiente para todo el año. La única forma cosechar con más frecuencia es plantar también en invierno o primavera. Las opciones más obvias son dos: la cosecha de primavera en exterior o el cultivo de interior.
Cosecha de primavera
Las cosechas de primavera sólo son realmente factibles en zonas muy cálidas donde las temperaturas en invierno no suelen bajar de 10ºC, que es el mínimo que necesitan las plantas para mantenerse vitales y en desarrollo. En regiones costeras del sur o en las Islas Canarias, especialmente si se siembra dentro de un invernadero, se pueden lograr buenos resultados germinando las semillas a partir de febrero. Es imprescindible alargar el fotoperiodo durante las primeras semanas y hasta que las plantas tienen altura suficiente como para florecer. No es necesario usar lámparas potentes de cultivo, basta con encender una bombilla durante un par de horas a mitad de la noche para impedir que las plantas florezcan y lograr que sigan creciendo. Cuando queramos que empiecen a florecer sólo hay que dejar de encender la bombilla y el fotoperiodo natural hará que empiecen a florecer. Cuanto más grandes se hagan antes de florecer mayor será la cosecha pero es importante que empiecen a florecer como tarde a mediados de marzo para que acaben de madurar antes de que el fotoperiodo natural se haga demasiado largo e impida la floración, algo que ocurre alrededor de mediados de mayo.
Cultivo de interior
El armario de autocultivo de interior más habitual mide un metro cuadrado o poco más y está iluminado por una lámpara de alta presión de sodio de 400 o 600W. En un armario así se suelen sembrar entre cuatro y veinte plantas, según el tamaño final que se desee y el volumen de tierra de las macetas. Por lo general, si se usan esquejes se puede poner un número mayor y hacerlas más pequeñas mientras que las plantas de semillas suelen hacerse más grandes ya que necesitan un periodo mínimo de crecimiento de tres o cuatro semanas, algo que no sucede con los esquejes.
El coste eléctrico de una bombilla de 400W es de unos 50€/mes en crecimiento y 35€/mes en floración.
Es indudable que un cultivo de interior tiene más costes que uno de exterior, además del dinero necesario para comprar todo el equipo, que podemos calcular entre 250 y 1000 euros según lo completo que sea y la calidad de los elementos hay que contar con un incremento en la factura del consumo eléctrico. El coste eléctrico de una bombilla de 400W es de unos 50€/mes en crecimiento (fotoperiodo 18/6) y 35€/mes en floración (fotoperiodo 12/12). La bombilla de 600W gasta 75€ (a 18/6) y 50€ (a 12/12). Otros aparatos como los ventiladores, extractores y bombas de agua también consumen electricidad y pueden elevar la factura en 10-20€/mes. Por último, si se añade un acondicionador de aire al sistema, lo que asegura un clima perfecto en cualquier condición exterior, el gasto eléctrico puede subir otros 50€/mes, especialmente en los meses de más calor, aunque la mayoría de los cultivadores de interior optan por parar de cultivar en verano y se ahorran el aire acondicionado.
Cultivo de interior, ¿merece la pena?
Sí, si te lo tomas un poco en serio. En exterior las plantas van solas, sobre todo si están sembradas en el suelo. El único cuidado necesario es germinarlas en una macetita y trasplantarlas al suelo cuando están ya un poco crecidas. Luego, con regarlas un par de veces a la semana y esparcir algo de abono es suficiente para lograr una cosecha abundante, si el clima no nos la juega, claro.
Es fascinante crear un pequeño oasis de vegetación dentro de nuestras casas y, con los equipos actuales, relativamente barato y sencillo.
En interior las cosas son más complejas, pero no tanto. En realidad, la clave está en montar un sistema capaz de brindar a las plantas el clima adecuado para su desarrollo. Si la temperatura se encuentra entre 22 y 26ºC durante el día y algo menos por la noche, la humedad ambiental se mantiene entre 40 y 60% y un extractor se encarga de renovar el aire continuamente, las posibilidades de éxito son muy elevadas. Es verdad que, al menos hasta tener experiencia, hay que revisar las plantas todos los días pero no se necesita mucho tiempo: preparar un abono, aplicarlo, ver que no haya plagas y que las luces estén a la distancia correcta, eso es todo. Con un buen sistema, constancia en los cuidados y genéticas de calidad, cualquiera puede lograr una buena cosecha de cogollos de interior de primera calidad.
Cada estilo en su momento
No hay que escoger un sólo sistema de cultivo. Lo más razonable es usar en cada momento el más adecuado en función de las condiciones. El clima veraniego en España es ideal para el cultivo de cannabis en exterior. Los consumidores del norte de Europa envidian nuestro clima porque en muchos de sus países las plantas no llegan ni a madurar porque el frío aparece antes. Por otro lado, sembrar unas semillas al aire libre en primavera es fácil, divertido y productivo, además de ser el sistema usado desde hace siglos. Luego, durante el invierno, llega el momento de probar cosas nuevas y plantar en interior. Es fascinante crear un pequeño oasis de vegetación dentro de nuestras casas y, con los equipos actuales, relativamente barato y sencillo. Con un poco de cuidado y dedicación logramos muy buenos resultados pues el frío exterior ayuda a controlar el calor que desprenden las lámparas y mantener el armario a buena temperatura.