Denís Galocha es un artista compostelano, afincado en Barcelona, que acompañado de Cristina Barrientos forman el tándem artístico Twee Muizen. Juntos crean mitologías de ensueño donde amables bestias forman trofeos de caza en los que las víctimas son solo sus sueños.
Twee Muizen muestra un conjunto de valores y técnicas artísticas que entrañan un neomundo de tintes surrealistas que hace de este planeta un lugar mejor. Por ejemplo, sus adorables monstruos, cosidos a mano, provocan en el público las ganas de seguir soñando en ese mundo imaginario creado por los dos. Estas piezas construidas artesanalmente, con materiales orgánicos y pelo y piel sintéticos, consiguen aunar placeres táctiles y cromáticos en la mirada del espectador.
Además de los art toys, Twee Muizen completa su obra con los delicados, a la par que brutales, dibujos de Denís, donde confluyen el universo creado exnovo por el artista, junto con elementos que hablan de la contemporaneidad en la que vivimos.
Un Galocha en la piel
El trazo de Denís Galocha es impecable y fácilmente reconocible, llenando de una fuerte personalidad cada uno de sus trabajos. Esa es una de las razones por las que su éxito se extiende también al mundo de la ilustración, al cartelismo, al arte urbano y, cómo no, al tatuaje.
Llevar en la piel un diseño de Denís es convertir tu cuerpo en una pieza exclusiva que completa la obra de artista. El carácter orgánico de sus dibujos y esa nueva mitología que exuda, llena de monstruos de raíces nórdicas, yetis, mujeres pulpo y demás personajes imaginarios donde aflora el surrealismo pop del que el artista hace gala, son un regalo del que presumir siempre.
“Comencé a tatuar por curiosidad, quería aprender esa técnica. Hace un año y medio que tatúo y se lo debo todo a Fede y a los chicos de Spicy Tattoo, de Barcelona; con ellos aprendo. Me gusta el medio y el hecho de que alguien lleve un dibujo tuyo para toda la vida”, concluye Denís.
La ciudad también es para los monstruos
Como buen artista multidisciplinar, Galocha, además de llenar de vida galerías, pieles y museos, también plasma su impronta en las paredes de las ciudades, como en el Raval de Barcelona, donde ha pintado un gran mural gracias a la graffiti jam Openwalls Conference 2015. También como Twee Muizen han participado con gran éxito en el ASALTO. Festival Internacional de Arte Urbano de Zaragoza:
“Este año mi pareja y yo participamos en el festival. Nos llamaron para pintar las marquesinas del tranvía con otros cuatro artistas. De pequeño me gustaba el rap y dibujar, y empecé a pintar por la calle con doce años. En aquella época el riesgo era un estímulo para pintar; hoy antepongo la calidad y la tranquilidad, prefiero trabajar con calma y precisión”, declara el artista.
Hacer de las ciudades lugares donde poder recrearse y disfrutar del arte en la cotidianidad de la vida es una de las facetas más humanistas de un artista que democratiza su trabajo para el disfrute de todo el mundo. Este es uno de los rasgos que denota la universalidad de la labor de Denís y que convierte su obra en una acción social que embellece nuestras calles.
El arte urbano es un resquicio que llena de esperanza el arte contemporáneo. En este presente artístico que suele mostrar un discurso tan enrevesado como vacío, se cuela el deleite estético y el mensaje, tan certero como cercano, de las obras que cubren las paredes de las urbes.
Ilustrando otras artes
En esa expansión de las líneas de Denís, que parecen aprehender el espíritu de todo lo que pretenden plasmar, también se encuentran camisetas, portadas e ilustraciones para varias revistas y publicaciones, carátulas de discos de grupos internacionales como Dancing Doors y multitud de carteles para conciertos. Galocha no le pone fronteras al arte y se adentra sin complejos allí donde le apetece, con un estilo fluido y surreal que se naturaliza como tal en los ojos de los otros.
La atmosfera creada por las ensoñaciones de este artista habla de un nuevo mundo utópico. Un mundo que, perfilado con una técnica exquisita, envuelve a los espectadores en un delirio delicioso difícil de olvidar.