Ingredientes para cuatro personas
Elaboración
Para cannabizar esta refinada receta, he seleccionado la variedad Mandanga #8, que pudisteis obtener gratis con el número de la revista de octubre del año pasado. Se trata de una híbrida con predominancia índica-Kush que os encantará. Contiene un alto porcentaje de THC y un sabor a auténtica Kush que va a combinar genial con nuestra vinagreta de trufa. El aceite de trufa podéis conseguirlo en tiendas delicatessen e incluso ya en muchos supermercados; al ser tan caro y concentrado, suele ir envasado en botellitas pequeñas de no más de 100 ml.
Para la extracción necesitaremos un bote pequeño de cristal hermético. En esta ocasión emplearemos cogollos, ya que el aceite tiene un sabor muy potente y lo utilizamos en pequeñas dosis. Llenamos el botecito de cogollos hasta arriba y terminamos de rellenar el espacio que quede entre ellos con el aceite de trufa hasta el borde. Tapamos y lo guardamos en un lugar fresco y seco protegido de la luz. Lo dejamos allí durante unas cuatro o cinco semanas moviéndolo un poco cada una de ellas. Después lo filtramos con un colador de tela y lo reservamos para su uso posterior.
Para la lasaña, primero coceremos las judías lavadas y enteras como profesionales. Para ello, pondremos agua a hervir con sal y una cucharadita de bicarbonato. Cuando hierva, sumergiremos las judías ya lavadas y las dejaremos cocer unos 5 o 6 min. Deben quedar al dente, es decir, que crujan un poquito y no estén blandas del todo. Mientras cuecen, preparamos un bol de agua fría con hielo. Y cuando estén en su punto las sacamos, las escurrimos bien y las sumergimos inmediatamente en el agua fría. Este cambio de temperatura, junto con el bicarbonato en el agua de cocción, hará que la clorofila que contienen se fije y obtengamos un color verde más vivo y bonito, además de un mejor sabor y textura. Esta técnica podremos utilizarla para cualquier verdura que sea verde y contenga clorofila.
Una vez cocidas y frías, tendremos que igualarlas en tamaño para poder montar la lasaña con facilidad. Las ponemos en una tabla, en paralelo, y les cortamos ambos extremos igualándolas en longitud. Luego le damos otro corte por la mitad, así nos quedarán todas iguales de tamaño. Reservaremos. Con los trozos restantes podemos hacer un revuelto, un salteado u otra ensalada que requiera menos precisión en el corte.
La cecina suele venir cortada muy fina, que es como la queremos, y el foie habrá que cortarlo en medallones de 1 cm de grosor más o menos. Cuidadito con el foie y la temperatura, es casi todo grasa y se derrite con el calor, así que tenedlo en cuenta a la hora de manipularlo. A los cherris podéis darles un corte por la mitad. Una vez que tenemos todos los elementos preparados, nos disponemos a montar las distintas capas en el plato. Primero, ponemos una capa de judías en paralelo formando un cuadrado o rectángulo y, encima, un poco de lechuga, una loncha de cecina, un medallón de foie y unos piñones. A continuación, volvemos a colocar otra capa de judías y repetimos el proceso un par de veces más, dependiendo de la altura que queramos conseguir. Podemos coronar la última capa con un poco de lechuga, unos brotes, unos piñones y algún cherri. El resto de los piñones y los cherris los esparciremos por el fondo del plato rodeando la lasaña.
Para elaborar la vinagreta solo tenemos que verter sus ingredientes indicados en un bol y mezclarlo todo bien con una varilla o tenedor, en su defecto, hasta que se ligue y sea una salsa homogénea. Cuando la tengamos así, ya estará preparada para regar esa magnífica lasaña que hemos montado en los platos. La salseáis generosamente y a comer se ha dicho.
Como siempre, espero que os guste y os salga estupenda. ¡Hasta pronto!