Ingredientes para cuatro personas
Elaboración
Los orígenes de estas famosas croquetillas vegetales son inciertos. Se cree que los primeros se comieron en el puerto de Alejandría, el más importante de Egipto hace unos mil años. En este país se elabora con habas secas o con una combinación de habas y garbanzos. Otras fuentes aseguran que no nació allí, sino que vino de la India en el siglo vi o que fueron oficiales británicos los que trajeron la receta a Egipto después de la ocupación hacia 1882. En cualquier caso, lo que es cierto es que hace tiempo que forma parte de la gastronomía de países como Líbano, Turquía o Palestina, adoptando una versión distinta con pequeñas variaciones dependiendo del país o la zona. Hoy en día, gracias a la globalización, su expansión ha llegado hasta Europa y podemos disfrutar de él en cualquier cuidad del continente. Tienen hasta su día internacional, que es el 12 del mes que viene.
Aquí vamos a hacer nuestra propia versión. Será con lentejas y, para ponerlo más fácil aún, lo haremos con lentejas cocidas, por si alguna vez nos sobran y no sabemos qué hacer con ellas. En el falafel original, las legumbres no se usan cocidas sino remojadas o rehidratadas durante 24 h. Este hecho provocará una diferencia de humedad, ya que las legumbres cocidas absorben más agua que las rehidratadas, por eso añadimos en este caso harina de garbanzos. Esto hará que la masa resultante tenga una textura más consistente y podamos así darle forma y manejarla igual que si estuvieran remojadas.
En esta receta, la extracción cannábica estará en el aceite de sésamo y será el primer paso de la elaboración, ya que es el que más tarda. Para ello, comenzaremos llenando un bote hermético pequeño con cogollos o restos de manicura de Auto Tripin 25, dependiendo de la potencia que busquemos. A continuación, verteremos el aceite de sésamo en el bote hasta cubrirlo y lo dejaremos macerar en un lugar seco y alejado de luz entre 30 y 45 días, moviendo el recipiente ligeramente un mínimo de una vez por semana. Pasado este tiempo, filtramos el contenido con un colador de tela y lo reservamos para su uso posterior.
Una vez el aceite preparado, lo único que tenemos que hacer es poner todos los ingredientes del falafel en un recipiente donde podamos triturarlos, excepto la zanahoria, el ajo y la cebolla, que cortaremos con el cuchillo lo más pequeño posible. Trituramos lo que contiene el vaso y añadimos los vegetales cortados. Mezclamos bien y precalentamos el horno a 180º. Con la ayuda de dos cucharas soperas, hacemos las croquetas y las vamos poniendo en una bandeja sobre papel de horno con la separación suficiente para poder cogerlas cómodamente después. Cuando las tengamos todas hechas, las metemos en el horno unos 15 o 20 min, depende de la potencia del horno.
Mientras se van haciendo, cogemos un bol y nos ponemos con la salsa de yogur. Para ello, lo único que tenemos que hacer es mezclar bien los ingredientes con la ayuda de una varilla. Lo ponemos muy fácil, ¿verdad? Cuando veamos que los falafel están doraditos por fuera, ya los podremos sacar. Se comen calientes o fríos, de aperitivo con la salsa de yogur o como parte de un kebab, pero siempre teniendo en cuenta la cantidad y la dosis que nos estamos comiendo. Espero que gusten y regalen un buen rato de diversión y de relajación lejos de dolores y molestias. ¡Hasta la próxima!