Mike Straumietis, ¿por qué elegiste como alias “Big Mike”?, ¿alguna historia detrás de ese apelativo?
No lo elegí. Cuando estábamos creciendo en el campo, durante lo que yo llamo la edad oscura, mi equipo empezó a llamarme Big Mike y así se quedó. Además, mido un metro ochenta. También hay una historia detrás, sí. Un día estaba en un seminario y todo el mundo se presentaba como de costumbre y yo pensé en usar mi apodo solo por joder. Después la gente se me acercaba diciéndome: “Eres el único cuyo nombre recordé”. Se me encendió la bombilla; me di cuenta de que a la gente le era más fácil recordar ese nombre que el de Straumietis.
¿Cuándo decidiste que tu vida giraría en torno al cannabis?
Cuando tenía veintitrés años, era dueño de una compañía dedicada al cuidado del césped llamada Turf Pro. Dos de mis vendedores se dieron cuenta de que yo tenía buena mano y quisieron reclutarme para su segundo negocio. A lo largo de seis meses no quisieron compartir conmigo de qué se trataba; sin embargo, un día me llevaron a su casa y allí descubrí un sótano con seis o siete plantas de cannabis. Esto fue en 1983 y, aunque no sabía nada acerca de la hidroponía en ese momento, empecé a vender cantidades ingentes de este sistema y decidí iniciarme en el cultivo. Si damos un salto de treinta y ocho años en la película, todavía estoy haciéndolo, todavía estoy aprendiendo.
Eres la encarnación del sueño americano, lo cual es una novedad en el mundo del cannabis, hasta hace bien poco una droga prohibida, ¿cómo ha cambiado la percepción social de la marihuana desde que empezaste hasta ahora?
Recuerdo que hace años estaba manicurando cannabis con mi hermano y le dije: “¿Sabes? Un día todo esto va a ser legal”. Conocía las propiedades curativas de la planta, y tenía la sensación de que nuestra sociedad se daría cuenta de su valor. Y así ha sido. Fíjate, esto es algo que mucha gente no sabe. Antes de la época oscura, las principales compañías farmacéuticas incluyeron el cannabis dentro de sus medicinas. Las propiedades terapéuticas eran obvias. Hasta 1937 no se volvió ilegal, cuando las industrias del algodón y el papel comenzaron a sentirse amenazadas por el potencial financiero del cáñamo. Era un juego de poder. Añádele un poco de propaganda política, y de repente le puedes lavar el cerebro a millones de personas para que rechacen uno de los regalos más preciados de la madre naturaleza. Es como si nuestra sociedad hubiera caído en un olvido universal. Afortunadamente, estamos empezando a despertar.
Hay muchas drogas, legales e ilegales, muchas posibilidades de colocarse. Según tu experiencia, ¿cuáles son las virtudes y desventajas del cannabis respecto de otras sustancias?
El cannabis no es una droga, es una medicina. Y el hecho es que nuestros cuerpos están literalmente conectados a la hierba. Tenemos un sistema endocannabinoide que procesa el cannabis para lograr un equilibrio interno. Sabemos que el THC reduce el flujo sanguíneo a los tumores. Sabemos que el CBG inhibe el crecimiento de tumores y es específicamente efectivo en el cáncer rectal y de colon, ayuda a los niños con epilepsia y alivia la ansiedad y la depresión. En todo caso, el cannabis va a ser lo único que puede sacar a Estados Unidos de la catastrófica epidemia de opiáceos a la que nos enfrentamos. Porque, a diferencia de los opiáceos y el alcohol, esta planta no crea una dependencia química. Cuando la gente haga sus propias investigaciones, rápidamente descubrirán que el cannabis es una forma de salir de las adicciones que amenazan su vida. Hay innumerables beneficios medicinales y terapéuticos apoyados por la ciencia, y por eso el cannabis va a traer un cambio de juego, tanto para nuestra salud individual como para nuestra economía.
“Nunca dejes de aprender. Lee libros. Planifica a largo plazo. No te metas en el juego del dinero fácil... En realidad no tengo una receta para el éxito”
En tus publicaciones de Instagram se ven plantas y cogollos, se te ve en grandes fiestas, fumando de todas las maneras posibles, pero nunca te vemos sentado en la mesa de tu despacho. Supongo que para dirigir un imperio como el tuyo será necesario mucho trabajo de oficina. ¿Cómo es un día normal en la vida de Big Mike?
Suelo levantarme entre las cuatro y las cuatro y media de la mañana. Normalmente leo un libro. Luego hago ejercicio, boxeo cinco días a la semana y hago un poco de entrenamiento de fuerza para tener una buena circulación y mantener mi cerebro en forma. Y comienzo mi día de trabajo después de eso. Antes de acostarme, suelo estar entre una y tres horas pensando en lo que pasó durante el día y planeando lo que haré mañana; lo escribo en una hoja de papel para tener una lista de cosas que hacer todos los días, empezando por lo más duro y siguiendo por el resto.
¿Existe una receta para triunfar en el mundo del cannabis?, ¿qué le recomiendas a alguien que quiera hacer fortuna con nuestra amada planta?
Nunca dejes de aprender. Lee libros. Planifica a largo plazo. No te metas en el juego del dinero fácil… Muchos de los tipos que se centran en el dinero vienen y me dicen: “Voy a triunfar en tres años. Voy a triunfar en cinco años”. En realidad no tengo una receta para el éxito. Me encanta el negocio en el que estoy. Quiero mejorar en cada nuevo producto. Mi misión es hacer que el cannabis sea una parte aceptable y cotidiana de la curación de la humanidad, esa es mi principal motivación: desbloquear el verdadero potencial genético de esta planta. Si quieres entrar en el negocio, hazlo por las razones correctas. Y nunca dejes de mejorar. La estrategia es tener un sillón junto a los peces gordos y a la vez ser alguien que entiende y respeta la cultura cannábica.
En España todavía no ha llegado la regulación. Desde su experiencia en Canadá y en Estados Unidos, ¿cómo se debe hacer para que beneficie al conjunto de la sociedad y no solo a los poderosos de siempre?
Creo que las licencias deberían estar disponibles para todas las personas que tienen el derecho de cultivar la planta, que son aquellas que ya lo estaban haciendo. No pueden ser solo para las grandes corporaciones. Así que tenemos que hacer todo lo que esté en nuestro poder para hacerlo bien.
En tiempos del #MeToo sorprende ver a un poderoso empresario como tú rodeado de jóvenes bellezas de pechos siliconados. Al menos en España hay mucha presión por parte de las organizaciones de mujeres cannábicas para que el cuerpo femenino no sea un reclamo publicitario. ¿No se ha visto en estos últimos años obligado a cambiar su imagen?
El mundo está cambiando constantemente y, como el eterno aprendiz que soy, es importante evolucionar con los tiempos.
Las grandes empresas suelen presumir de acciones de responsabilidad social. En el caso de Advanced Nutrients, ¿qué proyectos solidarios lleváis a cabo?
Cuando una empresa tiene éxito, está en la obligación de devolver la riqueza directamente a la sociedad que le ha hecho ganar el dinero. Por eso he convertido la devolución a la comunidad en una prioridad a través del programa Cannabis Care y de mi organización sin ánimo de lucro Humanity Heroes. Cada año donamos miles de mochilas llenas de cosas esenciales para nuestra comunidad sin techo aquí en Los Ángeles. No se trata de artículos al azar. Son las cosas que la población sin hogar nos ha dicho directamente que más necesita. Este año 2020 ha sido diferente. Con la pandemia actual, tuvimos que preguntarnos: “¿qué podemos hacer para salvar vidas?”. Así que, desde el golpe de la COVID-19, hemos donado siete mil mascarillas de tela y setecientas noventa y cinco de N-95 al hospital Providence St. Joseph en Los Ángeles, además de entregar nueve mil mochilas con lo más esencial que nuestra población sin hogar necesita. A eso se dedica Humanity Heroes; se trata de encontrar a las personas más marginadas y empobrecidas y ayudarlas a través de la acción directa. Lo más reciente ha sido el pasado septiembre, desde Advanced Nutrients hemos donado quinientos mil dólares para ayudar a la comunidad de cultivadores afectados por los recientes incendios en los estados de Oregón, Washington y Boston.
¿En qué medida crees que el cannabis ayuda a mejorar el mundo?
El mundo mejora con el cannabis de manera radical. Cuando se vuelva completamente legal, será un gran cambio para nuestra economía, como la noche y el día. La planta ha formado parte de nuestra historia desde que las antiguas civilizaciones caminaron por la Tierra. Y será nuestro futuro. Desafortunadamente, la sociedad ha demonizado el cannabis durante la mayor parte del siglo pasado. Y eso llega hasta hoy. Hay montones de investigaciones innovadoras en el mundo del cannabis medicinal, pero se necesitarán años para desarrollar productos específicos que curen enfermedades específicas. Pero no os dejéis engañar, los mejores científicos están trabajando en ello ahora mismo y en unos pocos años nos van a dejar impresionados. Nos queda todavía mucho por ver.
Cáñamo es la revista cannábica clásica del ámbito hispano, pero estamos a favor de regular todas las drogas (no solo el cannabis) y acabar con la prohibición, ¿qué piensa un empresario cannábico como tú de la regulación de todas las drogas?
Necesitamos cambiar nuestras políticas. Tenemos que pasar de aquellas que se basan en las criminales fuerzas represivas a políticas que se centren en la salud y el tratamiento de personas que buscan salidas terapéuticas.
¿Es compatible la existencia de grandes fortunas con la lucha contra la desigualdad y por un mundo más justo?
Lamentablemente, en la sociedad actual son pocas las grandes corporaciones que parecen preocuparse por la igualdad. Sin embargo, sí que hay algunas, y esa es una de las razones por las que es realmente importante que las empresas del sector cannábico se esfuercen por sentarse a la mesa con los poderosos. Incluso siendo los actores más pequeños de este juego, podrían tomar la iniciativa y plantear desde el inicio un marco legal a nivel local y federal que aborde los problemas más críticos a los que se enfrenta nuestra sociedad.
¿Con quién le hubiera gustado fumarse un porro?
Con Milton H. Erickson o Virginia Satir. Ambos eran terapeutas y fueron capaces de ayudar a la gente a realizar cambios reales en sus vidas muy rápidamente, solo por las palabras que usaron. De hecho, Erickson y Satir influyeron en el desarrollo de la programación neurolingüística (PNL) gracias a su increíble habilidad para hacer a un ritmo vertiginoso grandes avances en el comportamiento de sus clientes.