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¡Llévame al huerto!

Durante el confinamiento has probado con éxito plantar una autofloreciente en tu ventana, y tu cuerpo pide más. La urbe te oprime desde que sabes que el virus prolifera en espacios cerrados y densamente poblados. Has tenido mucho tiempo para pensar y se te ha ocurrido una idea tan vieja como la historia de las ciudades: irte a vivir al campo. Como media España en cuarentena has soñado con una vida mejor, ecológica y bucólica, y a la que no le falte conexión wifi.

Pues bien, la editorial Atalanta acaba de publicar El jardinero horticultor, como aclara su subtítulo un Manual para cultivar con éxito pequeñas huertas biointensivas. El libro que necesitas para hacer realidad una existencia lejos del mundanal ruido, sin necesidad de tractores ni grandes latifundios. Siguiendo la estela de Eliot Coleman y de su The New Organic Grower, el autor Jean-Martin Fortier te explica paso a paso su experiencia en un rentable proyecto de alta productividad con métodos de cultivo biointensivo, técnicas para alargar la temporada y venta directa en mercados públicos y a clientes implicados que pagan sus verduras por adelantado. Fortier y su mujer, compañeros de aventura afincados desde hace 15 años en una antigua granja de conejos al sur de Quebec, se autodenominan jardineros por su elección de trabajar con herramientas manuales (como mucho un motocultor) y por defender que es posible vivir bien con menos de una hectárea de cultivos sin mecanizar. Los pormenorizados consejos abarcan desde las características que tiene que tener un terreno, el diseño del jardín (no digas microgranja), la planificación de la producción, el arado y fertilización del suelo, la siembra, la batalla de las malas hierbas, la cosecha o el almacenamiento. Con una prosa concisa, el autor consigue trasladar su pasión al lector, que no tarda en tomar partido a favor de los bancales elevados permanentes y el uso de la horca de doble mango. Y, aunque en dólares, cada paso está acompañado de unas cuentas muy bien hechas que te permiten entender por qué cultivar pepinos en invernadero es cuatro veces más rentable que cultivar nabos. En el anexo dedicado a las diferentes hortalizas se echa de menos una entrada dedicada a las herbáceas ricas en THC, pero, por lo demás, El jardinero horticultor es el manual que te permitirá llevar a cabo tu sueño. ¡Otra vida es posible! 
 

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #271

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