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Astro Bot: al rescate de Sony PlayStation

Astro Bot nos recuerda por qué hay videojuegos que merecen ser jugados. 

Astro Bot es el pináculo del trabajo de zapa de Team Asobi, una empresa japonesa relativamente pequeña, dirigida actualmente por Nicolas Doucet. Hasta hace unos años tenía como dedicación realizar demos técnicas, sobre todo para Sony. Estas demos técnicas eran, por lo general, pequeños programas que sirven para testar las capacidades del hardware. O bien haces una pieza de software para que te aporte muchos datos sobre el rendimiento de la máquina, o bien sirve para que un consumidor se maraville ante las posibilidades técnicas del dispositivo. Asobi le hacía el trabajo de venta a PlayStation sin que esa fuera directamente su función. Lo que PlayStation desconocía, y en realidad el resto del mundo, era que, en realidad, sus demos técnicas estaban poniendo a prueba no el software, sino la capacidad de los jugadores por querer seguir jugando a videojuegos. Astro Bot, la obra maestra que ya es parte de la historia del videojuego, es un recordatorio tanto de que todavía se pueden hacer videojuegos que son muy buenos y que te pueden sorprender todo el rato, como de que no necesitan estar constantemente vendiéndote contenido adicional innecesario ni apelar al miedo a perderse algo. Pero, sobre todo, esto: sirve para que los jugadores más mayores recuerden por qué aún siguen jugando, así como ser una puerta de entrada a un mundo de los videojuegos de rostro humano sin las lacras que infectan a una industria en decadencia. Astro Bot debe ser el juego del año 2024. 

‘Astro Bot’, al rescate 

Astro Bot: al rescate de Sony PlayStation

El armazón narrativo de Astro Bot es de arquitectura simple. Una historia que sirva de vehículo, bastante blanca y directa. Los robots que viven y viajan por la galaxia dentro de la PlayStation 5 son atacados por un extraterrestre malvado, pero de aspecto más de guasón que de octavo pasajero. Este les roba las piezas fundamentales de la máquina y Astro deberá ir recuperando las piezas para volver a poner en marcha la máquina. Estas piezas estarán repartidas entre cinco sistemas solares en donde tendrá que llegar a un jefe final, habitualmente un animal robótico gigante. Entremedias, deberá rescatar a los bots que se han perdido por los diferentes planetas y que serán fundamentales para desbloquear la pelea contra el jefe final. El esquema, dicho así, no se sale en ningún momento de la plantilla que han establecido otros clásicos de las plataformas, como la obra maestra de Mario Odyssey, pese a que a Astro Bot se le compare más con Mario Galaxy. En la jerarquía de las plataformas, Mario sigue siendo el mejor, y raro será que alguien lo destrone. Sin embargo, aunque Astro Bot tenga que mirar a Mario como a los héroes clásicos, al pequeño robot de Sony no se le ve como un esperpento desde la perspectiva de Mario. Está casi ante un igual. 

Astro Bot ya juega en las grandes ligas. Team Asobi había demostrado su capacidad para sorprender al jugador con Astro Bot: Rescue Mission y con Astro’s Playroom, pero pese al tremendo potencial tanto como juego como propuesta formal, se consideraban demos técnicas alargadas. Con Astro Bot, en cambio, demuestran la capacidad de este estudio para producir juegos que compitan a un nivel altísimo.

El camino de Asobi 

Astro Bot: al rescate de Sony PlayStation

Desde que Asobi se asocia con Japan Studio allá por el 2010 para trabajar en las tripas de las consolas de PlayStation, hasta el lanzamiento de Astro Bot, el camino trazado por esta compañía parece la típica historia de éxito que suele ser carne de adaptación de una película. El éxito de la empresa humilde que siempre está a la sombra del gigante, buscando su oportunidad, hasta que la consigue y le demuestra al mundo que es el cisne que Sony llevaba buscando todos estos últimos años. Tampoco queremos nosotros elevar aún más las alabanzas, integrándolas en la clásica narrativa capitalista de “todo aquel que quiere puede” y “el éxito siempre está para el que lo persigue”, pero tampoco vamos a ocultar cierta satisfacción vicaria y el hecho de pensar que se merecen el reconocimiento.

Astro Bot: al rescate de Sony PlayStation

El camino de PlayStation es sustancialmente distinto. En la moderna guerra de consolas, parece que Sony ha desbancado sin discusión a Microsoft. Sus consolas han vendido a nivel planetario muchísimo más que las de Xbox. Parece que lo demuestra la tranquilidad con la que Sony anunció una versión “Pro” de PlayStation al prohibitivo precio de ochocientos euros. Aunque no se le puede echar la culpa únicamente a que su situación de poder en ese rincón del hardware sea superior, es probable que algo tenga que ver. Sin embargo, pese a vender más cacharros, la partida está lejos de la mano de Sony: su servicio de nube y suscripción siguen siendo peores que los de Microsoft (aunque el modelo de Game Pass esté en recesión y en puertas de la crisis), y se han embarcado en la búsqueda de un nuevo “juego como servicio” que sea una vaca de la cual estar ordeñando dinero durante una década. Quieren su propio Fornite. Pero el milagro de Fornite es de esas cosas que pasan una vez cada década y, por el momento, Sony está lejos de dar con la tecla. Compraron Bungie por una cantidad de dinero sonrojante para ser los propietarios de la franquicia de Destiny, pero este juego, que ha acabado su ciclo de una década en funcionamiento, no está dando los réditos que se esperaban. Lo intentó también con Concord, pero este ha sido el peor fracaso dentro de la industria de los últimos tiempos: un juego que pasó por ocho años de desarrollo y fue cerrado en la misma semana de su estreno. Un horror. Si algo ha caracterizado a PlayStation fueron sus exclusivos para un solo jugador y no los “juegos como servicio”. Sus grandes éxitos siempre fueron en esa dirección: Uncharted, The Last of Us, God of War, Horizon Zero Dawn… Y en esta parte de la ecuación es donde una compañía pequeñita como Asobi, si la comparamos con Naughty Dog o Santa Monica Studio, tenía que demostrar que puede codearse con estos titanes. La cosa es, como ya todo el mundo sabe, que no solo es capaz, sino que con Astro Bot a Sony no le queda más remedio que convertir a ese pequeño robot en la imagen de marca, como le sucedió a Nintendo con Mario o a Sega con Sony.

Al infinito y el más acá 

Astro Bot: al rescate de Sony PlayStation

Algunas críticas apuntan a que, en realidad, Astro Bot no deja de ser un publirreportaje de PlayStation. Un anuncio muy bueno, como el que hizo Ridley Scott para Apple en 1984, pero un anuncio y nada más. Por otra parte, su estética cuqui, que le asemeja a los Funko, y una pretendida infantilización del producto, llevan a pensar que es un ejemplo más de nostalgia mal entendida, elaborada para los manchild que, teorizan estos críticos, pueblan tanto el núcleo hegemónico de los videojuegos como la parafernalia consumista del coleccionista impetuoso. Algo de razón hay: es cierto que Astro Bot es un producto a mayor gloria de Sony, con constantes referencias a los grandes éxitos de la marca. Sin embargo, no detectamos ese punto de nostalgia de entender la referencia y el guiño cómplice. Claro que algo ahí: rescatamos robots VIP que van disfrazados de Solid Snake, el tipo de Bloodborne o Nathan Drake, pero el juego se disfruta igual, es divertido, pulido a un nivel técnico impresionante, sorprendente en cada una de sus propuestas mecánicas, que se disfruta igual sin entender la referencia (a nosotros nos pasa con el cincuenta por ciento de los bots: desconocemos la referencia).

Astro Bot: al rescate de Sony PlayStation

Se esfuerza tanto (en un buen sentido) en que todo el juego sea un juego, que apelar a que Astro Bot es una herramienta más del capitalismo avanzado, del consumo feroz, nos parece lejos de la realidad. El modelo de un solo pago y disfrute de experiencia completa, por muchos Funko que uno deba rescatar, no se ajusta con la premisa turbocapitalista de estas críticas. No se me ocurre una mascota más explotada en términos de mercadotecnia que Mario, pero a nadie se le ocurriría tal crítica. Por otra parte, compara a Astro Bot con la estética chibi; tiene cierto sentido, pero asegurar que es una especie de apropiación del mercado de una estética específica es obviar que el diseño de robótica, el de verdad, utiliza los mismos elementos de diseño de Astro desde hace décadas: los robots asistentes tienen el aspecto y forma del robot de PlayStation, porque su diseño de formas redondeadas, pulcras, de ojos grandes y movimientos infantiles provocan que asociemos al robot con un niño, que es la base fundamental para que, por un lado, el usuario se encariñe con el robot y, por otro, confíe en este. Insistimos: son premisas básicas en el diseño de la robótica que poco tienen que ver con la lógica del mercado. Astro apela al adulto porque parece un niño y al niño porque lo ve a su misma altura, con su mismo marco conceptual del mundo como maravilla. No es distinto al diseño de Mario, un supuesto fontanero que ya debería pintar canas pero que se mueve y actúa como un niño. 

Astro Bot es una delicia, producido por una empresa que merecía una oportunidad para demostrar su potencial, y que será juego del año para muchos, aunque el 2024 haya dejado algún que otro competidor potencial (como Animal Well, otra joya). Para nosotros, desde luego, es el juego del año y uno de los pocos que recomendaríamos a cualquiera con la seguridad de que no nos equivocamos.

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #323

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