El Ministerio de Justicia de Colombia está finalizando un decreto que habilitará la venta legal de cogollos bajo prescripción médica. Se trata de un paso relevante ya que este país actualmente exporta cannabis con fines medicinales a países como Alemania, Suiza o Australia. Sin embargo, su venta a pacientes colombianos aún está prohibida.
La iniciativa surge tras años de avances legislativos parciales. Desde la Ley 1787 de 2016, que permitió el uso de derivados cannábicos bajo certificación del Invima, el acceso interno ha estado restringido a formulaciones procesadas. La nueva regulación modificaría este marco, incorporando la flor seca como "producto terminado" para consumo humano, siempre que cuente con autorización sanitaria.
El borrador, dado a conocer por medios como El Tiempo y El Colombiano, establece que el cannabis podrá ser consumido por vía inhalada (fumada o vaporizada) y podrá ser prescrito para tratar el dolor crónico, el insomnio o patologías neurológicas como el párkinson y la esclerosis.
En términos regulatorios, el decreto ampliaría las licencias de cultivo para permitir el abastecimiento tanto del mercado interno como de la exportación. La autoridad encargada de emitir estas licencias seguirá siendo la Subdirección de Control y Fiscalización de Sustancias Químicas y Estupefacientes del Ministerio de Justicia. Durante los primeros dos años desde la firma del decreto, solo micro, pequeños y medianos cultivadores estarán habilitados para abastecer el mercado interno.
Uno de los aspectos más relevantes del decreto es que los productos con contenido de THC superior al 1% serán considerados medicamentos de control especial. Esto implica controles adicionales en su distribución y prescripción. Asimismo, se prohíbe expresamente la venta de cannabis a personas sin las autorizaciones sanitarias correspondientes.
Desde el Congreso, el representante Juan Carlos Losada, promotor de la regulación del consumo adulto, reconoció el avance pero advirtió que llega con retraso. "Debería haberse publicado el primer año de gobierno", señaló, apuntando a que la reglamentación podría recaer en una futura administración.
El decreto representa un avance significativo en la regulación del cannabis terapéutico en Colombia, pero también evidencia los tiempos dilatados de implementación que han limitado el acceso de pacientes a tratamientos ya disponibles en otros países. La medida podría abrir un mercado interno robusto, siempre que logre sortear los retos regulatorios y no quede postergada por los cambios de gobierno.