Cuando todo parecía ir encarrilado hacia una “legalización tranquila” en Colombia, el actual presidente Iván Duque ha declarado que se prohíbe la posesión de pequeñas cantidades de marihuana o cocaína.
El presidente actúa en contra incluso de las cortes de su país que señalaron que la posesión de pequeñas cantidades no debería ser considerado delito.
La ley permite a los policías cachear a quien consideren oportuno y podrán confiscar la droga. Al menos, parece que si te pillan no irás a la cárcel pero te quitarán lo que lleves y te lo cambiarán por una multa.
Insistimos: desde 1990 poco a poco Colombia ha ido suavizando las leyes con respecto al uso de algunas drogas. Un paso importante se dio hace poco cuando las la Corte Constitucional autorizó que se pueda llevar encima pequeñas cantidades de coca y maría sin ser esto delito.
“Esto abre la puerta a más abuso policial”, dice Eduardo Vélez, portavoz del Colectivo Sí a la Dosis Personal. “Nadie va a dejar de fumarse un cacho porque se emite un decreto”.
A este colectivo se le conoce por su apoyo a la posesión de pequeñas cantidades de marihuana y por algún que otro encuentro público en el que trató de sensibilizar al gran público de la importancia de legalizar el cannabis. El reciente “fumatón”, en el que decenas de personas fumaron marihuana abiertamente en un parque público, sirvió para protestar por la ley que prohíbe fumar en las calles. La policía disolvió la protesta rápidamente.
Los políticos tampoco están con la ley: “Es poner a Colombia en el club de países radicales cuando Estados Unidos y Europa le dan otro trato”, afirmó Carlos Medina, ex viceministro de Justicia, al periódico colombiano El Espectador.