Esta empresa de Alicante, Cafina, es una de las pocas compañías españolas que tienen licencia de producción de marihuana para uso terapéutico. Canopy Growth, con sede europea en Ámsterdam aunque sea canadiense, adquirió a la empresa alicantina de fibras naturales y cáñamo Cafina de tal forma que esta se convirtió en una de sus filiales. El asunto está en que Cafina genera poquísimo cannabis medicinal si se compara con cualquier otra de las filiales del gigante canadiense. Es más, Cafina es una empresa que, según recogen las cuentas anuales de 2019, está perdiendo mucho dinero. Sin embargo, su importancia estratégica para Canopy Growth es fundamental si quiere tener el mayor número posible de compañías funcionando en Europa.

Canopy Growth le dio un préstamo a Cafina de 1,4 millones de euros para cubrir las pérdidas que han tenido durante el ejercicio 2019. En los libros de Cafina se estima que el dinero ganado con su negocio rondó solo los 1.000 euros, mientras que las pérdidas ascendieron a 1,7 millones. Este préstamo deberá ser devuelto cuando la empresa comience a generar beneficios.

Tiene sentido que se estén dando unas pérdidas de seis cifras. Por una parte, Canopy Growth necesita que Cafina produzca muchísimo más de lo que ahora está sacando, esto se debe a que que no tiene las instalaciones suficientes para que esto suceda. Por otra parte, la empresa aún no puede producir para mercado pues su licencia se mantiene en el estado de “investigación”. 

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) le permite solo el cultivo para la investigación. Pese a esto, el Ministerio de Sanidad sí que permite a Cafina cultivar, distribuir y exportar cannabis con propósitos terapéuticos y médicos. Se entiende que la cuestión está en que la AEMPS permita el cultivo más allá de la investigación, además de que se mejoren las instalaciones de Cafina para que la empresa pueda comenzara exportar al resto de países de la Unión Europea.