La empresa alicantina de cannabis Cafina, que consiguió hacerse con uno de los primeros permisos de la Agencia Española del Medicamento (AEMPS) para el cultivo y luego fue comprada por la empresa canadiese Canopy Grow, ha vuelto a manos de sus anteriores propietarios. Según ha publicado esta semana el diario Público, el gigante canadiense Canopy, que adquirió la empresa en 2019, ha perdido el interés y ha acordado el cambio de propiedad.
Cuando Canopy adquirió Cafina, la compañía canadiense estaba en pleno auge inversionista, con una expectativa de crecimiento que se ha desinflado en los últimos dos años. La operación fue un movimiento empresarial que formaba parte de su estrategia de expansión por Europa. Y es que, a pesar de que la empresa alicantina tan solo tenía una superficie de cultivo de 150 metros cuadrados, a la compañía canadiense le interesaba hacerse con una de las pocas licencias de cultivo de cannabis legal en España. Pero ahora, tres años más tarde, Canopy está dedicándose a contraer su negocio después de varios años de grandes inversiones que no ha logrado rentabilizar.
Según la información de Público, Cafina ha sido recuperada con el nombre de Cafina Levante por sus anteriores propietarios, quienes ahora están esperando para obtener de nuevo la autorización de la AEMPS para la producción de cannabis medicinal que tenían anteriormente. La empresa consiguió el permiso de la AEMPS por primera vez en 2018.