Según ha publicado El País y la agencia catalana ACN la policía ha detectado un número considerable de envíos de droga escondida en objetos cotidianos enviados por medio de estos servicios urbanos.
Según ha publicado El País, la principal empresa afectada por envíos de droga ocultos ha sido Glovo, debido a que es la única que ofrece un servicio de transporte entre particulares. Roberto, un trabajador autónomo de la empresa, fue detenido por la policía el pasado abril en un control rutinario cuando transportaba una bolsa con unos pantalones vaqueros, un envío entre particulares. Durante el registro la policía encontró tres piedras de hachís ocultas en los bolsillos del pantalón y detuvo al trabajador, que pasó la tarde en el calabozo a pesar de haber indicado que no le pertenecía y haberse ofrecido a facilitar las direcciones de envío y recogida. Según la policía y los trabajadores este no es un caso aislado, y si ya se producían incidentes similares antes del confinamiento, durante este han aumentado.
Los trabajadores de la empresa se quejan de que son ellos los que cargan con el proceso legal en caso de que la policía encuentre droga en un envío, y que deben esperar al juicio para tratar de demostrar lo contrario. “No es solo por el confinamiento, pero claro que influye. Antes los camellos podían entrar y salir para vender. Ahora nos usan a nosotros”, explica Pepe Fores, portavoz de la plataforma Riders X Derechos.