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Entrevistamos a Mota Blues, un desenfreno de blues fumeta

«¿Te sentiste rechazado porque tu manera de entender la vida no encaja en el molde de la sociedad? Al cannabis le pasa lo mismo. Nos representa».

Para los eventos de blues no son bluseros suficientemente puristas, para los de punks no son suficientemente punks y para los cannábicos no son suficientemente reggae. Mota Blues es una mezcla de todo lo anterior aderezada con muchas ganas de pasarlo bien, buen rollo, mucho humor y mucho amor por la marihuana. Un grupo de tres componentes en el que la guitarra, la voz, la batería y el bajo se juntan para montar buenos saraos musicales en forma de canciones muy fumetas y psicodélicas. 

Para celebrar el 25º aniversario de la revista Cáñamo, Mota Blues nos dedicó su último tema con videoclip: ‘Sub Machine Ganja’, una de las canciones más cannábicas del grupo, para la que grabaron un alocado y fumeta video entonando sus cánticos, acordes, riffs y ritmos en medio de una plantación de marihuana. Para seguir celebrando y compartiendo con ellos, les hemos hecho unas preguntas sobre su música, el origen y el destino de su proyecto y su relación con la planta del cannabis. 

¿Qué os llevó a iniciar el proyecto musical de Mota Blues? 

Cuando tienes claro que eres un ave nocturna y sabes que lo único importante en la vida es el disfrute y el placer, montar una banda de rock es una de las mejores salidas que tienes, aunque todo el mundo trate de convencerte de lo contrario. 

Para una persona que no os conozca, ¿cómo os presentaríais y qué canción vuestra le pondríais la primera? 

Somos guerreros indios en un mundo de vaqueros. Nos consideramos artesanos de la onda sonora porque no tenemos enchufes ni padrinos y no pertenecemos a ningún sello. Nuestra música es pura y siempre siembra la duda sobre lo establecido. Quien viene a nuestros bolos, se da cuenta de que no viene a un concierto, si no a una ceremonia de donde trataremos de que salga sintiéndose más vivo. “Coronavirus beat” podría ser un buen tema para empezar aunque, si eres marihuanero de pro, te recomendamos el “Sub machine ganja”. 

¿Qué relación tenéis con la planta de la marihuana? 

Desde la adolescencia tenemos una relación de amor muy intensa con esta flor. ¿Cuántas veces te sentiste rechazado porque tu manera de entender la vida no encaja en el molde de la sociedad? Pues a esta planta le pasa lo mismo. Nos representa. Somos puro cultivo de guerrilla en medio del monte. 

¿Utilizáis la marihuana en alguna parte del proceso creativo a la hora de componer vuestras canciones? 

Cuando la marihuana forma parte de tu día a día, todo lo que haces se impregna de su esencia. Tu forma de sentir, de hablar, de vivir está reprogramada por el THC. Como persona que se encarga de plasmar pensamientos en forma de letras, debo darle eternamente las gracias a esta sustancia que te hace cuestionarte las cosas y disfrutar de momentos totalmente surrealistas.

Y para tocar música, ¿creeis que es útil? 

Como en todo, hay que apuntar y luego disparar. Está claro que si quieres hacer un show con mucha fuerza, no te puedes fumar un carretillo de la índica más potente que encuentres. A mí, personalmente, me gusta mucho el punto que me da para componer, escribir y para las improvisaciones que desarrollamos en directo. Es importante tener en cuenta que nuestro público va igual o más fumao que nosotros. 

¿Más allá de la música, tenéis una relación cotidiana con la planta del cannabis? 

La planta del cannabis lleva mucho tiempo manteniendo despierto a nuestro niño interior. La hemos fumado, comido, bebido y, cuando éramos chorvos y no teníamos un duro, también nos ayudó. ¡Está bien apreciar los regalos que nos da la tierra! Además, es prima del lúpulo, otra planta que no para de aportarnos risas. ¡Bendita familia! 

¿Estáis a favor de la regulación del cannabis para las personas adultas? 

Compara cuánto vale un gramo de marihuana en la calle aquí y cuanto pagas por cada canuto que te fumas en un coffee shop en Amsterdam. ¡Da risa! Su regulación puede ser algo positivo pero, sobre todo, los Mota apoyamos su normalización y que la gente esté bien informada. Creo que la legalización es un arma de doble filo y que un montón de empresas hijas de puta quieren privatizarla y lucrarse al máximo del público marihuanero. Aun así, tiene algo positivo: nos evitaríamos unas cuantas multas idiotas. 

¿Y qué pensáis sobre otras drogas que están prohibidas a día de hoy? 

Hay que despenalizarlas todas. En la prohibición solo veo negocio, mafia y adulteración. Hay que ir dejando atrás esas políticas extrañas que tanto le gustaban al señor Anslinger.  Si alguien (de una cierta edad) quiere consumir una sustancia, debería poder acudir a un sitio donde le informen sobre ella y sepa lo que está consumiendo realmente.

¿En qué estáis trabajando últimamente con el grupo? ¿Tenéis algún proyecto nuevo entre manos ahora mismo? 

Ahora mismo estamos grabando nuestro próximo disco, “Fumetamorfosis”. Para nosotros, nuestros discos son nuestros hijos. Son la manera que encontramos para hablarle al mundo sin rodeos. Son lo que vamos a dejar aquí cuando nos hayamos muerto. Si alguien lo escucha, guay y, si no… ¡Vaya cómo nos divertimos haciéndolo! Además, estamos trabajando junto a la gente de Santina’s Farms para sacar nuestra propia genética de marihuana. ¡Qué nerviosss! 

¿Se os puede ver tocando próximamente en algún lugar? 

Como para los festis de punk no somos lo suficientemente punks, para los eventos de marihuana no servimos porque no hacemos reggae, para los bluesmen no somos lo suficientemente puristas y los rockeros de hoy solo quieren versiones… Los Mota, además de tocar en todas las salas que se nos cruzan en el camino, montamos nuestros propios festivales aquí en el Norte. Os recomiendo andar al loro en nuestras redes (instagram y facebook) para venir porque… ¡Hay barra libre de BHO y muy buen rollo!

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