Los 5 errores más comunes en el cultivo de cannabis
Traemos una lista de los 5 errores de novato más comunes cuando uno se pone manos al cultivo
Traemos una lista de los 5 errores de novato más comunes cuando uno se pone manos al cultivo
Ahora que empieza la época de siembra llega el momento de iniciar los cultivos de cannabis. Aunque la marihuana es una especie de fácil cultivo que aguanta bien en condiciones muy distintas, cada año muere una buena cantidad de plantas por errores fácilmente evitables. Traemos una lista de los 5 errores de novato más comunes que ha publicado Leafly.
1. Abonar con exceso de nutrientes
La marihuana necesita nutrientes para crecer y desarrollarse sana, pero un exceso puede ser contraproducente. A la hora de utilizar productos químicos de abono conviene leer las instrucciones del fabricante, y siempre es mejor quedarse corto que pasarse. Elegir formas de abono orgánico (que se absorben más lentamente) es siempre una opción más segura.
2. Regar en exceso
Igual que con los nutrientes un exceso de agua puede debilitar la planta e incluso acabar con su vida. Conviene estar seguro de que la tierra está seca antes de añadirle más agua. Comprobar el peso de la maceta o palpar la humedad de los primeros centímetros de tierra es una buena forma de estar seguros de que necesita más agua.
3. Descuidar la temperatura y la humedad
La temperatura y la humedad son aspectos que tampoco se deben descuidar. Si el cultivo es de interior, donde estos parámetros se pueden ajustar con mayor facilidad, hay que intentar mantener una temperatura en torno a los 24ºC y una humedad relativa entre el 60% y el 40%.
4. No fijarse en el Ph del agua de riego
A la hora de regar es importante saber con qué tipo de agua estamos hidratando a la planta. El factor más crucial es el Ph, éste no debe ser ni muy ácido ni muy básico para que la planta pueda absorber mejor los nutrientes. Lo ideal es medir el Ph del agua de riego e intentar que se ajuste a un nivel entre 6 y 7.
5. Tener un mal sistema eléctrico
Cuando los cultivos están automatizados con un sistema eléctrico que controla las condiciones de crecimiento, el riego o el abono, hay que asegurarse de que su funcionamiento es correcto. Una instalación deficiente o la falta de supervisión pueden acabar con nuestro cultivo e incluso ponernos en riesgo por una mala instalación.
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