El Consejo General de Colegios Farmacéuticos de España ha propuesto realizar una prueba piloto de dispensación de cannabis medicinal para un grupo limitado de personas. La idea fue lanzada esta semana por el presidente del consejo durante su intervención en la subcomisión de cannabis medicinal, y hasta el momento es la única propuesta firme emitida por una sociedad o colegio profesional dentro de la subcomisión. La propuesta es seguir el ejemplo de Francia, donde los pacientes ya están accediendo a tratamientos a base de cannabis para hacer la prueba y evaluar el funcionamiento de un posible programa permanente.
“Es el momento de actuar con el apropiado rigor científico, técnico y sanitario para dar una respuesta al interés y demanda del uso del cannabis para el tratamiento de ciertos síntomas de diferentes patologías. Una respuesta en la que debe primar la seguridad y la protección de la salud de los pacientes, a quienes nos debemos como profesionales sanitarios”, dijo el doctor Jesús Aguilar, presidente del Consejo de Farmacéuticos, durante su intervención.
La propuesta de los farmacéuticos es crear un marco legal junto a la Agencia Española del Medicamento en que se determine en qué casos y bajo qué condiciones los pacientes españoles podrían participar del programa. Para ello habría que definir una serie de enfermedades y dolencias, los procesos de admisión y dispensación y los productos ofertados, que a juicio del Consejo Farmacéutico habrían de combinar “productos terminados” y fórmulas magistrales realizadas por los farmacéuticos. Es decir, que lo más probable es que no se despachen cogollos.
En Francia los pacientes que participan en el programa piloto ya llevan un año pudiendo acceder a cannabis medicinal. El programa está abierto a un máximo de 3000 pacientes para los que no hayan funcionado los otros tratamientos disponibles y que sufren dolores neuropáticos, espasticidad, epilepsias resistentes, están en tratamiento de determinados tipos de cáncer o en cuidados paliativos. Estos pueden acceder a aceites de cannabis y cogollos en las farmacias, con tres tipos de preparaciones: rico en THC, rico en CBD y de concentración equilibrada.
El programa francés tiene una duración prevista de dos años. El cannabis utilizado por los pacientes está producido por empresas extranjeras seleccionadas por la Agencia Nacional de Medicamentos, quienes asumen el costo de la producción y no reciben dinero del Gobierno ni de los pacientes del programa.