Con un tiempo soleado inmejorable y la banda sonora de las aves revoloteando al lado del gran río Duero, Cannadouro discurrió animadamente y atrajo público de todas las edades y procedencias, en un momento decisivo para el debate sobre el cannabis en Portugal.
A Portugal le faltaba una cita que congregara a profesionales y personas cercanas al mundo del cannabis. Ahora ya la tiene. En un espacio tan simbólico para la apertura de barreras como es la antigua aduana de la bella ciudad de Oporto (en portugués, Porto), tuvo lugar los días 18 y 19 de noviembre de 2017 el tercer evento cannábico celebrado en la historia de Portugal después de ocho años de ausencia. Su gran éxito pone de manifiesto que el movimiento en torno a nuestra amada planta crece y se consolida. En este caso es más cierto que nunca que a la tercera va la vencida. Alberto Pires y João Carvalho, organizadores del evento, destacan emocionados que casi tres años de dedicación al proyecto de preparación de la feria han dado finalmente sus frutos. Y tanto ha sido el éxito de este acontecimiento que hasta la prensa generalista y los telediarios del país se hicieron eco de él.
Pasos adelante
La ley portuguesa de despenalización del consumo de drogas del 2001 es una referencia mundial, aunque la legalización del cannabis no ha llegado todavía al país luso, ni con la aceptación del uso medicinal del cannabis ni con el respeto al uso recreativo. Sin embargo, todo parece encaminarse hacia la regulación.
Entre tanto, la creación de un entorno favorable como esta feria, donde compartir y explorar, descubrir y dejarse maravillar por todo lo que acontece alrededor del cannabis, era una necesidad en nuestro país vecino, y hacerlo realidad ha sido como la materialización de un deseo social.
Cannadouro contó con cerca de 60 estands, la presencia de 30 empresas nacionales e internacionales y recibió más de 2.750 visitantes. En esta primera edición, los expositores destacaron la calidad del evento, no solo por la excelencia del lugar, sino sobre todo por la heterogeneidad e interés de los visitantes. Personas de todas las edades, estratos sociales y familias compartieron dos días diferentes en un ambiente libre de humo y con espacio dedicado a los más pequeños.
Paralelamente a la feria, se ofrecieron catorce conferencias, que promovieron el debate sobre la utilización del cáñamo en todas sus vertientes: industrial, recreativa y medicinal. Las sesiones gozaron de un gran éxito, con cupos llenos en cuanto a asistencia. Se notó un interés genuino de los visitantes por los temas expuestos para el debate, destacándose la búsqueda de información por las potencialidades terapéuticas del cannabis.