Desde hace pocos años se percibe un auge internacional del cannabis, sobre todo en lo relacionado con sus propiedades medicinales. Los emprendimientos en esta industria son cada vez más numerosos y diversificados, se extienden por los distintos países donde las leyes del cannabis han cambiado o comienzan a cambiar. Entre las expresiones más notorias de la presencia de esta nueva industria se encuentran empresas de distintos tamaños orientadas a comercializar productos farmacéuticos derivados de esta planta milenaria.
Esta presencia va de la mano con la investigación científica, cuyos avances en relación con los cannabinoides y otros compuestos presentes en la planta del cannabis abren esperanzadores campos para médicos, pacientes e instituciones de salud a la espera de soluciones a padecimientos para los que, hasta el momento, no se han encontrado remedios definitivos.
El cáncer, la epilepsia, la diabetes y otras condiciones crónicas que generan discapacidades en quienes las padecen, son algunas de las afecciones que podrían paliarse y, en algunos casos, remitir, con tratamientos a base de derivados de esta planta, cuyo uso medicinal se ha documentado desde por lo menos dos milenios antes de nuestra era.
A partir de la revelación de varios casos ahora mundialmente conocidos y el impulso que el aprovechamiento de sus propiedades medicinales ha tenido en los años recientes en todo el mundo, y muy notoriamente en diversos países de América, el interés se ha desbordado y miles de personas con distintos padecimientos se han volcado a obtener los tratamientos a cualquier costo. Estos costos incluyen el riesgo de recurrir al mercado negro en busca de extractos preparados o la planta en forma de marihuana, con el riesgo de ser detenidos en un acto ilegal o, peor aun, con el peligro de adquirir compuestos adulterados, contaminados e, incluso, adquirir productos artesanales que no contienen ni traza de cannabis.
En tanto el marco legal se destraba, y con una ley ya promulgada, se ha generado un “mercado gris” en el que numerosos pacientes, padres de familia y cuidadores de salud buscan satisfacer su demanda de extractos de cannabis sin conocimiento de los riesgos para la salud que puede traer consigo un compuesto obtenido con procedimientos erróneos, o proveniente de un cultivo contaminado con herbicidas, plomo u otros contaminantes del suelo.
Uso medicinal: sí pero… ¿cuándo?
Las recientes regulaciones de cannabis medicinal en Colombia, Chile y Argentina, además de la discusión interna generada por casos de epilepsia para quienes se otorgaron permisos de importación, dieron pie a una despenalización parcial de la planta para su uso terapéutico en México. En diciembre de 2016, el Senado mexicano aprobó el uso de cannabis con fines “médicos y científicos” y la disposición pasó a la Cámara de diputados, que votó con 371 votos a favor, 11 abstinencias y 7 en contra la nueva regulación. Esta decisión faculta a la Secretaría de salud para diseñar y ejecutar las políticas públicas que regulen el uso de los productos medicinales derivados del cannabis.
En el proyecto se establece que, una vez reglamentados los productos con concentraciones de 1% o menos de THC podrán ser comercializados, exportarse e importarse, según la regulación que aún no se da a conocer a casi un año de haber sido publicada la ley en el Diario oficial de la federación, el 19 de junio de 2017 y vencido en diciembre el plazo de 180 días que marca la ley para la publicación de la reglamentación secundaria. La semana pasada, el coordinador jurídico de la Comisión federal para la protección contra riesgos sanitarios (Cofepris) informó que la cantidad de observaciones y comentarios a la primera versión del reglamento es lo que retrasa su publicación, pues la dependencia responderá “una a una” las 160 objeciones planteadas por la sociedad civil y por otra instancia gubernamental: la Comisión federal para la mejora regulatoria (Cofemer), cuyo dictamen de 80 páginas incluye, al igual que muchos de los aportes ciudadanos, la recomendación de considerar el cultivo de autoconsumo como una forma válida de abastecimiento para pacientes y sus cuidadores.
Frente la comercialización, información
Ante este panorama, con un vacío legal y una ley a medias, es pertinente una difusión amplia de lo más avanzado en investigación con respecto a la seguridad, calidad y eficiencia del cannabis y sus derivados que permita aprovechar las cualidades de esta planta sin los riesgos que su actual situación legal trae consigo.
Diversas empresas y organizaciones ya se han puesto en marcha para avanzar en la difusión de conocimientos sobre el cannabis. En México existen dos grandes esfuerzos por difundir este conocimiento: Expoweed, la feria del cannabis en América, que en agosto de este año llega a su tercera edición; y CannabiSalud, el simposio latinoamericano para profesionales de la salud, que se realiza por segunda ocasión este 8 y 9 de junio en la Ciudad de México y cuya primera exitosa edición tuvo lugar el año pasado en la ciudad de Guadalajara.
Un encuentro de alto nivel
CannabiSalud es una conferencia de dos días de información sobre el uso medicinal de la planta de cannabis, está dirigido a profesionales de la salud, como médicos, enfermeras, farmacéuticos y terapeutas en activo o en formación. Entre los ponentes se encuentran especialistas de Colombia, Israel, España, Jamaica y Estados Unidos, quienes trabajan directamente en investigación o en protección y cuidado de la salud y forman parte de grupos científicos, empresas, organizaciones sin fines de lucro, de pacientes o de comunidades terapéuticas.
Una de estas personalidades es el doctor Lumir Hanus, de la Universidad Hebrea, quien es descubridor de la anandamida, la molécula análoga al thc presente en el cerebro humano que dio pie al conocimiento de los endocannabinoides, por su acción similar a los producidos por la planta de cannabis. Desde 1990 el doctor Hanus forma parte del equipo del doctor Raphael Mechoulam, científico descubridor del tetrahidrocannabinol o THC, la sustancia responsable de los efectos psicoactivos del cannabis. El investigador ofrecerá una conferencia de una hora sobre la investigación científica y los descubrimientos en el laboratorio del doctor Mechoulam.
Asimismo, estarán presentes la Dra. Luisa Ospina, microbióloga y bioanalista colombiana, coinvestigadora en proyectos sobre uso de plantas medicinales; Douglas K. Gordon, empresario experimentado y fundador de la Conferencia y Exposición Empresarial CanEx en Jamaica; también de Israel participa Yaov Giladi, biólogo que actualmente se desempeña como director de Investigación y Desarrollo en un centro de cultivo de cannabis del Ministerio de salud de Israel.
Por parte de México, se contará con la participación de Zara Snapp, activista e investigadora en políticas de drogas, quien formó parte del Secretariado de la Comisión Global de Políticas de Drogas; Alionka Ángeles Moreno, consultora fundadora de Global Bioanalytical Consulting, en donde se desempeña como directora de Planeación y aseguramiento de la calidad; así como los médicos Luis David Suárez y el psiquiatra Gady Zabicky, quienes recientemente conformaron la Asociación Mexicana de Medicina Cannabinoide, entre otros mexicanos destacados que aportarán conocimiento y experiencia a este simposio de cannabis medicinal.
En total, más de 25 panelistas se darán cita en este importante encuentro. Por primera vez, en una actividad de esta naturaleza, se tendrá la participación de dos niños: Alan y María Daniela, quienes aportarán su visión del cannabis medicinal y presentarán casos de otros niños a quienes les ha sido útil la terapia con cannabinoides. También estarán presentes 20 expositores entre empresas, agrupaciones de la sociedad civil y organizaciones sin fines de lucro.