Una organización ambientalista de Paraguay ha denunciado que un importante sistema ecológico está en peligro tras el avance del cultivo ilegal de marihuana que operan las redes del crimen organizado. Se trata de la Reserva Natural del Bosque Mbaracayú, ubicada en un área del Bosque Atlántico, al sudoeste del país, y que está bajo el cuidado de la Fundación Moisés Bertoni, quien alertó los daños de este ecosistema.
En la actualidad, el 10% de las 64.405 hectáreas que abarca esta reserva, ubicada en el departamento de Canindeyú, fronterizo con Brasil, se encuentra afectado "ya sea por la deforestación directa" para la siembra de cultivos ilegales o por el "impacto del fuego", afirmó en diálogo con EFE el director ejecutivo de la fundación, Yan Speranza. El experto advirtió que las llamas suelen descontrolarse en muchas ocasiones, lo que termina afectando directa o indirectamente una cantidad significativa de bosque, "aunque no se utilice para plantaciones" ilegales.
Speranza denunció la "ausencia del Estado" y de los organismos de seguridad para combatir ese flagelo, pese a las más de 50 denuncias presentadas a las autoridades desde 1997. De todas maneras, reconoció que la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) sí tiene intervención en esa área. "El Estado está perdiendo la batalla", lamentó el Speranza, quien advirtió que, si la escalada no se revierte, esta reserva podría perder entre 10.000 y 12.000 hectáreas en una década.
El Complejo Ecorregional "Bosque Atlántico" comprende 15 ecorregiones y el Bosque Atlántico en Paraguay es una de ellas. De hecho, es la ecorregión que mantiene la mayor cantidad de remanentes forestales que abarca los países, Argentina, Brasil y Paraguay. Además, tiene suma importancia a nivel ambiental porque se trata de un ecosistema único en el planeta por su biodiversidad semejante con el Amazonas.