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Blue Dream se consolida como variedad de referencia para la ciencia cannábica

Una decena de estudios sitúa a la variedad Blue Dream como un estándar emergente en investigaciones sobre oncología, infecciones, salud mental y envejecimiento. Su perfil químico consistente y trazabilidad genética están ayudando a resolver uno de los grandes obstáculos de la ciencia cannábica: la falta de estandarización experimental.

Durante años, Blue Dream ha sido una de las flores más populares en los mercados regulados de EE UU y Canadá. Su éxito no solo responde a su aroma dulce y efectos equilibrados, sino también a su estabilidad genética. Derivada del cruce entre Blueberry y Haze, esta variedad híbrida cuenta con un registro genético certificado, lo que permite a los laboratorios trabajar con un perfil reproducible de cannabinoides y terpenos.

El medio especializado The Marijuana Herald recopiló diez estudios publicados en 2025 en los que Blue Dream fue utilizada como variedad de referencia. En oncología, ensayos in vitro mostraron que cannabinoides fijados a nanopartículas de oro fueron más eficaces contra células de cáncer de mama que los mismos compuestos aplicados sin vehiculización. Aunque se trata de resultados preliminares, abren la posibilidad a terapias más dirigidas.

También se ha estudiado su potencial antimicrobiano. Investigaciones recientes demostraron que compuestos como el CBD y el CBDV eliminan hongos patógenos, especialmente cuando se conserva el "efecto séquito". En dermatología, extractos de planta completa redujeron inflamaciones con mayor eficacia que el CBD aislado. En ambos casos, trabajar con un cultivar estandarizado como Blue Dream facilita la replicación entre laboratorios.

En el campo de la salud mental, modelos animales han mostrado efectos positivos de extractos con THC y CBD sobre síntomas de esquizofrenia, deterioro cognitivo y epilepsias resistentes. También se reportaron reducciones leves de ansiedad con CBG en adultos sanos, sin efectos adversos. Sin embargo, algunos estudios advierten sobre el uso intensivo de cannabis potente en contextos de automedicación emocional.

La consolidación de Blue Dream como referencia científica marca un punto de inflexión: la investigación cannábica ya no puede basarse en muestras aleatorias. En un contexto aún limitado por la legislación, contar con variedades estandarizadas permite avanzar hacia una ciencia más precisa, reproducible y útil. El desafío ahora es que esta estandarización no derive en exclusiones comerciales, sino que abra paso a marcos colaborativos y de acceso público.

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