Centro de rehabilitación utiliza el cannabis para tratar adicciones
Un centro de rehabilitación en California, único en su especie, que está en Venice Beach (California) utiliza el cannabis como “droga de salida”.
Un centro de rehabilitación en California, único en su especie, que está en Venice Beach (California) utiliza el cannabis como “droga de salida”.
High Sobriety está dándole la vuelta a uno de los slogans de la guerra contra las drogas. En lugar de considerar la marihuana como una droga de entrada para otras dorgas más “fuertes” la utilizan como terapia para abandonar otras drogas. ¿Tiene trampa? No, ninguna. Solo que, recordemos, si la marihuana es legal en California técnicamente podíamos decir que no es una “droga” sino uno “medicina”.
Si dejamos de lado la semántica, High Sobriety fue fundada por Joe Schrank, un ex alcohólico de 47 años que lleva 20 sobrio. Su intención fue buscar una alternativa que funciona a la típica terapia de Alcohólicos Anónimos de “100% sobrio todo el rato”.
En su página web dice: “La mayor parte de los programas de rehabilitación… los participantes tienen que pasar un programa de 12 pasos… que consideran que es el único camino para estar limpio y sobrio.” Según Schrank esa terapia de abstinencia total solo funciona en un 25% de los casos. Pero, “¿qué hacemos con el 75% restante?”. Las estimaciones de AA son aún peores: solo entre el 5% y el 10% quedan limpios con el método de 100% sobrio.
Por supuesto, el centro cuenta con una lista de prerrequisitos para entrar: no es un fumadero de cannabis que esté abierto 24/7, sino una clínica de rehabilitación para el abuso de drogas. El uso del cannabis está restringido a los pacientes.
Si el tratamiento funciona el residente podrá pedir a un médico que le prescriba el uso de cannabis una vez salga de la clínica.
Funcione o no (esperemos que sí) la propuesta de Schrank es bastante coherente: “Uno de los secretos oscuros sobre la rehabilitación que nadie quiere escuchar es que hay gente que no debería estar totalmente sobria… no son gente agradable cuando lo están. No funcionan bien… lo que aquí hacemos es cambiar las drogas que matan a las personas por una droga que no las mata”.
Habrá que seguirle la pista y preguntarse si podríamos trasladar la idea a nuestro país.