La organización internacional de expertos por la reducción de daños Harm Reduction International (HRI) y la Red Internacional de Personas que Usan Drogas (INPUD) han firmado un comunicado conjunto en el que recuerdan que el uso de drogas y las adicciones a sustancias no son una enfermedad mental y piden a los organismos inmersos en discusiones sobre políticas de drogas que lo tengan en cuenta para evitar abordajes estigmatizantes.
El comunicado recuerda que no hay datos que respalden la noción de que la adicción a las drogas es una enfermedad cerebral, y apunta que esta narrativa atractiva y simple “contribuye a políticas de drogas poco realistas, costosas y dañinas, y elimina cualquier consideración del papel de los factores socioeconómicos como la pobreza, la falta de vivienda y la raza”, al tiempo que ignora “el efecto estigmatizador de la construcción de la adicción a las drogas”.
Las organizaciones señalan la inclusión del “trastorno por uso de sustancias” en la quinta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-V) como un elemento que distorsiona el uso de drogas. Aseguran que el término “trastorno por uso de sustancias” entremezcla los problemas de salud mental con el uso de drogas y que puede provocar un efecto alienante en las personas que usan drogas y que en otro contexto “no confundirían su uso de drogas con ninguna forma de trastorno”.
La INPUD reivindica el uso del término “drogodependencia”, utilizado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades (CIE), “tanto por sus asociaciones más neutrales como por el hecho de que distingue entre dependencia fisiológica y psicológica”.
“Aunque hay personas que consumen drogas que pueden experimentar problemas de salud mental, el consumo de drogas y la dependencia de las drogas en sí no es una condición de salud mental. La combinación preocupante del uso de drogas y la dependencia con problemas de salud mental es inexacta, estigmatizante y podría tener consecuencias dañinas a largo plazo para la comunidad, incluida la eliminación de la agencia y la capacidad de las personas que usan drogas para tomar decisiones sobre sus propios cuerpos y vidas”, dice el comunicado.