Un joven que trabaja para una empresa estadounidense de alquiler de coches pone LSD en las bebidas de sus compañeros de trabajo porque quería “eliminar la energía negativa”.
El chico de 19 años seguramente se vaya a enfrentar a cargos por asalto y posesión de sustancias controladas en segundo grado. En el informe del teniente de la policía Clinton Woolridge, encargado del caso, se puede leer que varios trabajadores de esta tienda de alquiler de coches se sintieron “confundidos y agitados” pero desconocían la razón. Poco después tuvieron que ser ingresados debido a que no localizaban el motivo de su malestar.
Cuando el chico fue interrogado reconoció que puso el alucinógeno en las botellas de agua y en el café de sus compañeros para quitar las energías negativas. Un encargado le vio manipulando una jarra de agua mientras sostenía un cuentagotas.
Que al chico le acusen de asalto y posesión de sustancias controladas en segundo grado dependerá del resultado de los análisis del laboratorio aunque por los síntomas y el informe médico del hospital todo parece indicar que se trató de una intoxicación por LSD. Como resulta bastante complicado tener un problema serio por esas cantidades de LSD, los trabajadores afectados mejoraron una vez se fueron los efectos y pudieron abandonar el hospital.