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La clasificación entre índica y sativa no sirve

Es la conclusión de un estudio científico en el que se han analizado 90.000 muestras de cannabis de EE UU.

La clasificación más común para las variedades de cannabis —la que distingue entre cepas sativas, índicas e híbridas— no es útil para diferenciar los diferentes tipos de plantas ni sus efectos, y puede generar confusiones entre los usuarios. Esta es la conclusión de un estudio científico en el que se han analizado 90.000 muestras de cannabis procedentes de tres estados de EE UU. El análisis realizado no encontró ninguna relación entre el perfil químico de las muestras analizadas y su clasificación como variedades índicas, sativas o híbridas.

Los comentarios que apuntan la obsolescencia de la clasificación índica-sativa llevan un tiempo produciéndose. Según esta clasificación, que se basa en las diferenciaciones genéticas y evolutivas que la planta realizó para adaptarse a diferentes latitudes del globo, las sativas tienen un efecto psicoactivo más mental, energético y psicodélico, mientras que las índicas producen un colocón más físico y relajante; y las híbridas efectos combinados. Sin embargo, esta clasificación histórica no tiene en cuenta la variabilidad de los cannabinoides y terpenos.

En el estudio, los investigadores lograron identificar tres tipologías de plantas según su perfil de terpenos. Unas que tenían un alto contenido de los terpenos cariofileno y limoneno, otras con predominancia de mirceno y pineno, y otras ricas en terpinoleno y mirceno. Pero los investigadores comprobaron que esos perfiles de terpenos no se correspondían con la clasificación clásica. Las categorías “no se corresponden exactamente con el esquema de etiquetado de índica, sativa e híbrido”, escribieron los autores.

“El sistema de clasificación predominante no es una forma efectiva o segura de proporcionar información sobre estos productos. Este es un verdadero desafío para una industria que está tratando de profesionalizarse”, dijo Brian Keegan, coautor del estudio y profesor de Ciencias de la Información en la Universidad de Colorado en Boulder. El estudio encontró que habían algunas variedades de cannabis con nombre propio cuyo perfil químico se mantenía bastante estable independientemente de en qué estado o empresa se adquiriera, mientras que en otros casos una misma variedad dio resultados muy dispares en su perfil químico según donde se hubiese adquirido.

“Los productos legales de cannabis con THC dominante se venden a los consumidores como si existieran asociaciones claras entre la etiqueta de un producto y sus efectos psicoactivos”, dice el estudio, según cita Marijuana Moment. “Esto es engañoso, ya que actualmente no hay evidencia científica clara para estas afirmaciones y nuestros resultados muestran que estas etiquetas tienen una relación tenue con la química subyacente”.

Los autores recomiendan la creación de algún tipo de sistema de control que sirva para etiquetar la variedades de cannabis y pueda mostrar su perfil químico de forma similar a como lo hace la información nutricional de la industria alimentaria. “Un agricultor no puede simplemente tomar una manzana y decidir llamarla Red Delicious. Un fabricante de cerveza no puede simplemente etiquetar arbitrariamente su producto como Doble IPA. Hay estándares. Pero ese no es el caso de la industria del cannabis”, dijo Nick Jikomes, director de ciencia e innovación de Leafly.

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