El año que viene se cumplen una década de la declaración política y el plan de acción internacional para contrarrestar el problema mundial de las drogas, que tuvo lugar en Viena en una serie de sesiones de alto nivel de la Comisión de Estupefacientes de la ONU.
En el 2019 se celebrará en Viena durante 14-15 de marzo una nueva ronda de sesiones del Segmento Ministerial de la ONU con el objetivo de hacer un balance del progreso alcanzado desde 2009, y delinear el marco para la política de fiscalización mundial durante la década venidera. ¿Volverán a insistir en la fallida fórmula de la prohibición y la guerra contra las drogas?
Un informe publicado por el Consorcio Internacional sobre Políticas de Drogas (IDPC) –una red mundial de 174 ONG cuya acción colectiva busca promover un debate abierto y objetivo sobre las políticas de drogas nacionales e internacionales, y apoyar políticas basadas en evidencias científicas que sean eficaces en reducir daños– pone de manifiesto cómo la estrategia de la ONU durante los últimos 10 años, cuyo objetivo ha sido erradicar los mercados ilegales de drogas para 2019, ha sido un absoluto fracaso e insta a las autoridades estatales a repensar una nueva estrategia para la próxima década.
El documento, “Balance de una década de políticas de drogas - Informe sombra de la sociedad civil”, es una respuesta a la negativa por parte de los gobiernos y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito a evaluar de forma crítica esta década, insistiendo en un desacreditado enfoque de “guerra contra las drogas” que continúa generando un impacto catastrófico en la salud, los derechos humanos, la seguridad y el desarrollo, sin reducir ni remotamente la oferta mundial de drogas ilícitas.
“Este informe es otro clavo en el ataúd de la guerra contra las drogas”, declaró Ann Fordham, Directora Ejecutiva del IDPC. “El hecho de que los gobiernos y la ONU no encuentran pertinente evaluar de manera adecuada el desastroso impacto de los últimos diez años de las políticas de drogas es, lamentablemente, poco sorprendente. Los gobiernos se reunirán en el marco de la ONU, en marzo del año que viene, y probablemente aprobarán de manera rutinaria más de lo mismo. De ser el caso, estaríamos frente a un preocupante abandono de su responsabilidad, lo cual conllevaría aun más muertes en el nombre de la fiscalización de drogas”.
Mediante la utilización de datos de la ONU, de gobiernos y de fuentes académicas y de la sociedad civil, el informe del Consorcio Internacional sobre Políticas de Drogas (IDPC) muestra que este objetivo ha fracasado estrepitosamente, con consecuencias devastadoras:
- Un incremento de 145% en las muertes relacionadas a las drogas durante la última década, hasta alcanzar un preocupante total de 450.000 muertes anuales en 2015.
- Al menos 3940 personas ejecutadas por delitos de droga durante la última década; con 33 jurisdicciones que aún aplican la pena de muerte por delitos de drogas, violando los estándares internacionales en la materia.
- Alrededor de 27.000 asesinatos extrajudiciales en operaciones antidrogas en Filipinas.
- Más de 71.000 muertes por sobredosis en Estados Unidos, solo en 2017.
- Una epidemia mundial del dolor, que resulta de restricciones al acceso a medicamentos bajo fiscalización, lo que ha llevado a que el 75% de la población mundial no tenga acceso adecuado a analgésicos.
- Encarcelamiento masivo, atizado por la criminalización de las personas que usan drogas, con 1 de cada 5 personas en prisión cumpliendo penas por delitos de drogas, la mayoría por simple posesión para uso personal.
Helen Clark, antigua Primera Ministra de Nueva Zelanda y miembro de la Comisión Global de Políticas de Drogas, declara en el informe: “Lo que aprendemos de este informe sombra es apremiante. Desde que los gobiernos comenzaron a recoger datos sobre drogas en los 90, el cultivo, el consumo y el tráfico ilegal de drogas han alcanzado niveles récord. Además, las políticas de drogas actuales constituyen un serio obstáculo para el alcance de otros objetivos sociales y económicos; y la ‘guerra contra las drogas’ se ha saldado con millones de personas asesinadas, desaparecidas, o desplazadas internamente”.