Las bibliotecas públicas de EE UU podrían aprovechar la legalización del cannabis para beneficiarse de parte de los impuestos recaudados por las ventas. Esa es la conclusión de un informe elaborado por una organización sin ánimo de lucro dedicada a la promoción de las bibliotecas públicas. El informe del Instituto EveryLibrary dice que las bibliotecas deberían trabajar con los legisladores y las organizaciones de políticas del cannabis para conseguir que una parte de los impuestos del cannabis se destinen al fomento de las bibliotecas.

El informe, escrito por el director ejecutivo del Instituto EveryLibrary y una experta en políticas, expone una serie de argumentos que las bibliotecas pueden aprovechar para respaldar su solicitud de recibir fondos de las ventas de cannabis. Actualmente una parte de los impuestos recaudados en las ventas de cannabis recreativo ya se utilizan para financiar programas relacionados con la educación pública, y los autores del informe apuntan que financiar las bibliotecas públicas sería una forma de extender esa financiación.

Según Marijuana Moment, la mayoría de bibliotecas son financiadas por los municipios o los condados, por lo que en el futuro podrían recibir una proporción de los impuestos del cannabis recaudados a nivel municipal. El informe apunta que además de servir como una forma de extender la educación pública, la financiación podría ayudar a que las bibliotecas funcionen como centros de información sobre la industria del cannabis, y permitir así que empresas y particulares puedan mantenerse al tanto de los cambios de política. Garantizar que los recursos educativos sean accesibles para el público en general también sería una forma de promover los objetivos de equidad social.

“También recomendamos que las asociaciones de bibliotecas estatales posicionen a las bibliotecas como recursos comunitarios. Las bibliotecas pueden ayudar a que la industria sea más equitativa al brindar un espacio para que los miembros de la comunidad aprendan sobre las muchas formas de involucrarse en la industria del cannabis. Las bibliotecas en comunidades de bajos ingresos y comunidades con grandes poblaciones de personas de color pueden servir como centros educativos”, dice el informe.