La regulación de Alemania se enfrenta a algunos problemas legales. Por un lado está la Convención Única de Sustancias Estupefacientes de la ONU, para la que Alemania tiene al menos tres opciones para sortearla. Pero un proyecto de legalización que incluya la venta comercial también podría entrar en confrontación con algunas normas de la Unión Europea más difíciles de esquivar.
Luxemburgo, otro país de la Unión Europea que también prometió la legalización del uso adulto de cannabis incluyendo las ventas comerciales, ha cambiado optado por excluir las ventas de la regulación inicial. Por ahora, el Gobierno ha anunciado que regulará el consumo y el autocultivo porque el circuito comercial podría entrar en conflicto con las leyes supraestatales.
La ministra de Asuntos Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, se reunió el pasado jueves en Berlín con el ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Francisco Bustillo. Del encuentro, la ministra destacó que Uruguay supone un ejemplo a seguir para emprender la regulación del uso adulto de la marihuana y sus derivados en la que están trabajando los alemanes, y dijo que su país busca “replicar” la experiencia uruguaya.
“Con la legalización, Uruguay se atrevió a emprender un experimento social y todos nosotros podemos aprender mucho de sus experiencias [...] Queremos introducir la venta controlada de cannabis a adultos en Alemania. Nuestro objetivo es que el consumo deje de ser un tema tabú y deseamos sobre todo mejorar la protección a los menores de edad y la prevención, lo que también ha sido importante para Uruguay”, declaró la ministra Baerbock en una conferencia de prensa tras la reunión.
La regulación llevada a cabo en Uruguay permite a los ciudadanos adultos del país acceder a cannabis de uso lúdico por tres vías distintas: el autocultivo doméstico, el cultivo colectivo en clubs de consumidores y la compra de cannabis vendido por el Estado uruguayo en farmacias. El Gobierno alemán se comprometió en su acuerdo de coalición a acometer la regulación del cannabis para uso adulto, y aunque todavía no se han dado detalles de la forma que tomará esa regulación, está previsto que el Ministerio de Sanidad presente un primer borrador antes de que acabe el año.