Los incendios descontrolados en California que consumieron unas 200.000 hectáreas de bosque también afectaron a las plantaciones de marihuana.

Cabe esperar que si California arde también le toque el golpe a los cultivos de cannabis. Los condados de Napa y Sonoma también han visto como sus excelentes viñedos han sido consumidos hasta la médula por el fuego.

El condado de Mendocino, uno de los tres del denominado “triángulo verde” ha sido uno de los que más sufrió por los incendios. El centro de producción de marihuana de California ha visto cómo sus granjas han sido reducidas a cenizas.

De momento se sabe con seguridad que 3.000 y 7.000 granjas han quedado devastadas pero se espera que la cifra aumente considerablemente cuando los habitantes puedan regresar a comprobar los daños.

El problema con el cannabis es que al no estar permitido a nivel federal y estar obligado a gestionar el dinero en efectivo las agencias de seguros no se van a hacer responsables del desastre. Muchas familias de pequeños cannacultores van a quedar fuera del sistema.