Un estudio realizado por RTI International y financiado por el Departamento de Justicia de EE UU ha concluido que los análisis de sangre, orina y saliva realizados para comprobar si una persona ha consumido cannabis no sirven para determinar si está colocada o incapacitada para conducir. El estudio utilizó un protocolo de doble ciego con placebo sobre 20 participantes, que tuvieron que consumir cannabis ingerido e inhalado en diferentes concentraciones y a los que más tarde se les realizaron diversas pruebas.
Cada uno de los participantes realizó seis pruebas con diferentes concentraciones de THC. Tres de ellas con cannabis inhalado, con 0 mg (placebo), 5 mg y 20 mg de THC vaporizado. Y otras tres con cannabis ingerido de 0 mg (placebo), 10 mg y 25 mg de THC. Los investigadores evaluaron el rendimiento cognitivo y psicomotor de los participantes antes y después de la dosis de THC mediante pruebas de deterioro comunes, y se les midió la presencia de metabolitos en sangre, orina y mucosa bucal.
Los resultados mostraron que los niveles de THC en los biofluidos de los participantes variaban según la dosis de cannabis y el método de administración practicado, y que el momento del deterioro máximo y el rendimiento en las pruebas también variaba según la dosis y el método de administración. El funcionamiento cognitivo y psicomotor de los participantes del estudio se vio afectado negativamente después de todas las dosis orales y vaporizadas de cannabis, excepto la dosis más baja vaporizada, que contenía 5 mg de THC.
Sin embargo, los niveles de deterioro no tuvieron una correspondencia con los niveles de cannabinoides detectados en los análisis de sangre, orina y saliva. “Muchos participantes tenían niveles bajos de THC en la sangre y la saliva en momentos en los que mostraban un rendimiento sustancialmente reducido en las evaluaciones cognitivas y psicomotoras, mientras que otros participantes del estudio tenían un funcionamiento cognitivo y psicomotor significativamente disminuido incluso cuando su sangre, orina y líquido oral contenían niveles bajos de THC”, dice la nota de prensa del estudio.
El equipo investigador concluyó que, aunque el THC afectó a algunas de las habilidades necesarias para una conducción segura, los niveles de THC detectados en los análisis no eran indicadores fiables de intoxicación por marihuana. Los investigadores dijeron que las pruebas de sobriedad que se usan comúnmente en EE UU para detectar si un conductor está bajo la influencia de drogas o alcohol no fueron efectivas para detectar la intoxicación por marihuana.