Hasta noviembre del 2023, Marruecos entregó unas 609 licencias productivas de cannabis durante todo el año. Así lo confirma la Agencia Nacional de Reglamentación de las Actividades Relativas al Cannabis (ANRAC) sobre los permisos que se repartieron entre pequeños cultivadores, establecimientos farmacéuticos y comercialización.
En un reportaje realizado por la agencia EFE, el ente regulador del cannabis marroquí preciso que durante el año pasado se presentaron un total de 1.063 solicitudes para dedicarse al cannabis de forma industrial. Pero se aprobaron menos de la mitad para diferentes rubros del entramado productivo. Se entregaron 430 licencias para las tareas de cultivo; 82 destinadas para cooperativas, empresas y profesionales farmacéuticos; y 51 para actividades de comercialización. El resto de los permisos estatales para dedicarse alrededor de la planta se repartieron para la importación de semillas, transporte y exportación.
Desde que el Parlamento marroquí aprobó en 2021 la regulación para los usos medicinales, en el país africano se pusieron en marcha los planes para convertir una industria la tradición cannábica que hay entre su población. A principios del año pasado, la ANRAC certificó más de dos millones de semillas con una producción inferior al 1% de THC y que se repartieron entre 416 pequeños cultivadores repartidos en 277 hectáreas.
Luego del cultivo, los granjeros marroquíes empezaron a trabajar en la cosecha. Según datos oficiales, lograron unas 294 toneladas de cogollos. Se espera que durante los próximos meses Marruecos continúe su avance industrial con la puesta en marcha de compañías que puedan comercializar dentro del país y exportar productos farmacéuticos. Mientras, la regulación integral sigue a la espera. Al día de hoy, el uso de cannabis con fines recreativos puede costar una pena de cinco años de prisión.