Con la pandemia de Covid-19 la gente olvida que antes de que esta enfermedad fuese el único tema de conversación en el mundo hubo otra que el CDC (el Centro de Control de Enfermedades Infecciosas de Atlanta) tuvo en el punto de mira. Se trató de la EVALI (o enfermedad pulmonar relacionada con el vapeo). Durante el 2019 surgieron bastantes casos de personas que o bien murieron o bien sufrieron serios problemas pulmonares. Aunque nunca se ha sabido con exactitud cuál es la causa de esta enfermedad, se cree que está relacionada con el vapeo. En concreto, se pensó que la EVALI se producía al consumir mediante vapeo el acetato de vitamina E que se le suele poner al líquido de los cartuchos.
El asunto resultó muy serio, tanto que unos cuantos estados prohibieron el uso de vapeadores y el mercado de este tipo de productos se ha visto seriamente afectado. También se cree que estos casos están relacionados con los cartuchos de vapeo ilegal puesto que no se han encontrado pacientes relacionados con el mercado legal. Esto último es pura especulación basado en los hechos. Sin embargo, todo este asunto pasó a un segundo plano cuando aterrizó la Covid-19.
Durante septiembre de 2019, cuando el número de muertos comenzó a aumentar, el gobernador de Massachusetts, Charlie Baker, declaró el estado de emergencia y prohibió temporalmente la venta de todos los productos de vapeo, incluidos el tabaco y el cannabis. Entre el 25 de septiembre y el 12 de diciembre, fecha en que se levantó la prohibición, el estado confiscó más de 619,000 productos de vapeo y los puso en cuarentena.
La mayor parte de estos cartuchos son del mercado legal. Como hemos comentado antes, se culpa al acetato de vitamina E pero también a la posibilidad de que los cartuchos tengan metales pesados. Todos estos productos se sometieron a escrutinio en laboratorio para saber si, en efecto, estaban “contaminados” con estos productos. Los resultados fueron negativos en vitamina E pero, atención, se encontró una cantidad “intolerable” de plomo en muchos de estos productos. El plomo es tóxico cuando se inhala, como uno puede suponer.
"Hubo niveles realmente preocupantes de plomo y eso es lo que nos impulsó, es mejor que tratemos de entender esto", explica Shawn Collins, director ejecutivo del estado. "Es molesto; fuimos a buscar [la presencia de] acetato de vitamina E y nos topamos con otra preocupación”. En un caso particular, Collins dijo que la prueba inicial encontró una concentración de plomo de 27,000 ppb, muy por encima de las 500 ppb permitidas por la ley estatal. Pero, una segunda prueba de esa misma muestra no pudo detectar la presencia de plomo en absoluto. Hay algo que no cuadra ahí. No puede ser que en un test salga una cantidad excesiva y en otra que no haya ni rastro de plomo.
Casi un año después, el estado no sabe qué hacer con medio millón de dólares en cartuchos de vapeo, por lo que ha pedido ayuda para saber cómo proceder. Una de las propuestas de Collins es que se vuelvan a testar estos productos, de tal modo que si las pruebas demuestran que no tienen ni plomo ni acetato se puedan poner de nuevo en el mercado o destruirse. Mientras tanto, ahí están con 600.000 cartuchos que no saben dónde ponerlos.