El Gobierno de Ruanda aprobó hace unas pocas semanas una normativa que permite la producción y la exportación de cannabis con fines medicinales. La medida ha sido celebrada en el país, pero también criticada por no aclarar cuestiones sobre los procedimientos a seguir, y no haber modificado el Código Penal.
La ley aprobada no permitirá el uso del cannabis, ni medicinal ni recreativo, dentro del país. El consumo en el país continúa siendo ilegal y seguirá siendo castigado con penas elevadas. “Esto no será una excusa para los consumidores y traficantes de drogas. La ley contra los estupefacientes sigue en pie y seguirá aplicándose”, explicó el Ministro de Sanidad en una rueda de prensa delante de las cámaras de la televisión estatal Rwanda Broadcasting Agency.
Según la información publicada por la agencia Europa Press, en Ruanda el consumo de drogas se castiga con una pena de cárcel de dos años, y las penas por tráfico de drogas tienen condenas que van desde los 20 años de cárcel hasta la cadena perpetua, y suponen multas de hasta 30.000 dólares.
Algunos analistas consultados por los medios de comunicación han apuntado que la nueva ley induce a la confusión y sería conveniente modificar el Código Penal del país, además de crear políticas para sensibilizar a la población sobre el cambio legal. “Básicamente, el Gobierno está autorizando la producción de drogas ilegales. El Código Penal debería haber sido enmendado antes de que el Gobierno tomara esta decisión para permitir la producción masiva de cannabis para la exportación”, dijo el abogado constitucionalista Louis Gitinywa a Europa Press.