Le pese o no al gobierno del presidente Bolsonaro, los brasileños se echaron a la calle para pedir la despenalización del cannabis para uso personal.
Cientos de personas salieron a las calles de la ciudad más popular de Brasil para pedir que se despenalice el uso del cannabis y, por descontado, que se legalice el cannabis.
La marcha coincide con la importante vista que esta semana que entra se va a celebrar en la Corte Suprema de Brasil, donde se decidirá si se despenalizan algunas de las sustancias que ahora se consideran prohibidas, como es el caso de la marihuana. Se retoma así un debate que se paralizó en 2015 cuando tres de los integrantes de la Corte Suprema ya habían votado a favor de la despenalización del porte y consumo de drogas. Lo que se va a poner sobre la mesa no va a ser la legalización, sino que no sea delito portar cantidades para uso personal y consumirlas, algo que suavizará enormemente la persecución policial y las cárceles brasileñas en caso de aprovarse. Según algunos datos el 26,6% de los presos varones están en la cárcel por delitos relacionados con el tráfico de drogas. En el caso de las mujeres esto se dispara al 62%. Si tenemos en cuenta que portar drogas te lleva a ser acusado de tráfico, las cifras encajan.
"Para el pueblo vivo y libre, legalicen" fue el lema de la marcha con la que cientos de brasileños recorrieron este sábado la Avenida Paulista para pedir a los jueces del Supremo que se decanten a favor de la despenalización.
Marcelo Gutiérrez, un médico de 33 años que estaba en la marcha, comentó para Efe que: “Es importante investigar, hacer ensayos clínicos para tener un mayor conocimiento porque los principios activos del cannabis son muy favorables para tratar muchas enfermedades, pero tenemos que investigar más y ¿cómo se investiga? Cuando sea legal".
También conocemos por gracias a Efe el comentario que hizo lauro Pontes, un psicólogo de 42 años que también estaba en la marcha: “Es necesaria la despenalización [para tratar a algunos pacientes], por eso estamos aquí apoyando la marcha de Sao Paulo, como también estuvimos en la de Río de Janeiro, y luchando para que por lo menos despenalicen la marihuana".
Desde que se endureció las leyes contra la droga los encarcelados pasaron de 47.000 del 2007, hasta los más de 200.000 en el 2016. Con Bolsonaro como presidente vemos muy difícil que la situación cambie y esperamos la derrota en la Corte Suprema. Si la propuesta saliera adelante sería un éxito increíble para la sociedad brasileña, sin precedentes y con el presidente en contra.