Este pasado agosto, Tailandia dio luz verde al cannabis medicinal.
Los tailandeses votaron por un cannabis medicinal legal a principios de 2019. Dado lo que habitualmente tardan los políticos en poner en marcha una medida de tal envergadura e importancia, que solo hayan tardado 8 meses (mes arriba, mes abajo) resulta reconfortante.
4.000 personas registradas en el país para ser tratadas con cannabis medicinal ya pueden acceder a este tipo de productos. El aceite de CBD se ha distribuido a 12 hospitales: unas 4.500 botellas de 5ml de CBD, o sea, 1 botella por paciente a estas alturas. Este aceite podrá usarse como complemento a terapias contra el dolor crónico, convulsiones, nauseas por culpa de la quimioterapia, enfermedad de Parkinson así como otras dolencias listadas por el gobierno.
Somsak Akksli, director general del Departamento de Salud, comentó que los médicos ya pueden recetar este tipo de tratamiento.
Dado que Asia es uno de los continentes donde el tráfico y consumo de drogas está más castigado que en el resto del mundo (existe la pena de muerte en prácticamente todos los países), que Tailandia cambiase de rumbo a principios de este año supone un salto cualitativo considerable para la manera en la que se piensa sobre el cannabis. Aunque no se espera una reacción en cadena en la zona, algunos países (entre los que está Filipinas, ultrareaccionario con las drogas) han mostrado cierta “apertura” a la posibilidad de legalizar.