En lugar de deshacerse de la marihuana confiscada, el gobierno de Tailandia se plantea su uso como cannabis medicinal, algo mucho más coherente y rentable.
Niyom Termsrisuk, secretario general de la Oficina de Control de Narcóticos (ONBC), anunció que el Ministerio de salud pública aprobará la distribución de la marihuana confiscada en los recientes programas de uso de marihuana medicinal para el tratamiento de enfermedades.
Como podría esperarse de un gobierno decente, se ha prometido que solo se pondrá a la venta el cannabis que pase unos rigurosos test de seguridad sobre pesticidas, metales pesados, moho y adulterantes.
“Estamos seguros de que podemos ceder para final del mes el cannabis que está en nuestro poder a las organizaciones registradas que produzcan medicinas con cannabinoides”, asegura Niyom.
Tailandia aprobó en diciembre de 2018 el uso de marihuana terapéutica. Se convirtió así en el primer país de Asia que permite el cannabis. Pese a que aún el programa anda un poco cojo y las empresas que han sido licenciadas aún no pueden proveer al país con marihuana suficiente, parece que esta ley tratará de paliar esta falta de stash. Mejor esto que quemarla, desde luego.