Tan sólo 12 países de los 30 evaluados por el Índice Global de Políticas de Drogas (GDPI por las siglas en inglés) han conseguido una puntuación por encima de la mitad. El GDPI acaba de ser inaugurado como un indicador de las políticas públicas sobre drogas a nivel internacional y genera una clasificación de los distintos países en función de la calidad de las políticas, que se miden con parámetros sacados de las recomendaciones básicas de la ONU.
Por el momento el índice abarca 30 países, entre los que no se encuentra España, aunque está previsto que la lista se amplíe de forma progresiva. De los evaluados tan sólo 13 han alcanzado la puntuación de al menos 50 puntos, ocupando los cinco primeros puestos Noruega, Nueva Zelanda, Portugal, Reino Unido y Australia. “Una puntuación de 100 querría decir solamente que ese país pone en práctica el mínimo de medidas que recomienda Naciones Unidas y eso no significa que las políticas sean perfectas”, dijo la ex primera ministra neozelandesa Helen Clark, que es presidenta de la Comisión Global de Política de Drogas, una organización de ex líderes y personalidades que abogan por un cambio en las políticas de drogas.
El GDPI establece la puntuación a partir del examen de 75 indicadores que incluyen aspectos como la ausencia de respuestas extremas ante faltas o delitos relacionados con drogas, la proporcionalidad de la justicia penal, las políticas de reducción de daños y riesgos y el acceso a fármacos fiscalizados. De los países evaluados que han obtenido la puntuación más baja Brasil ocupa el peor puesto, seguido de Uganda, Indonesia, Kenia y México. El GDPI es un proyecto del Consorcio de Reducción de Daños, una asociación global compuesta por una decena de organizaciones dedicadas a la promoción de nuevas políticas de drogas basadas en la reducción de daños y en los derechos humanos.