Si Pink Floyd fue una de las cortinas musicales que sonó en los psicodélicos años ’60 y ’70, Syd Barrett se trató sin dudas del capitán de la nave lisérgica. Pero poco se sabe del fundador y primer líder de la icónica banda británica. Murió en 2006, a los 60 años de edad y alejado tanto de sus amigos de la juventud, como de los éxitos de The Dark Side of the Moon y The Wall. Ahora, un reciente documental no solo que pone en valor el papel crucial que tuvo Barrett en la creatividad artística de la época y del propio grupo, con testimonios de Roger Waters y David Gilmour, entre otros. También se desata el mito sobre su debacle mental causada por un supuesto viaje de LSD del que nunca pudo volver. “Syd Barrett y el origen de Pink Floyd” se encuentra disponible en plataformas de streaming desde principios de año.
El documental está dirigido por Roddy Bogawa y Storm Thorgerson, el artista que creó las icónicas portadas de los discos de Pink Floyd. Además, él era amigo de Barrett y pretendía rendirle un homenaje con esta película. Murió en abril del año pasado, seis meses antes del estreno. Syd Barrett y el origen de Pink Floyd es un retrato de uno de los más grandes psiconautas de la historia; una vida que tuvo un apoteósico asenso al estrellato, impulsos artísticos y destructivos, y una muerte solitaria.
En una primera etapa se cuenta lo poco que le importaba al músico que lo entendieran. Por eso el título: ‘¿Lo has pillado ya?’, que era la pregunta que siempre les hacía a sus compañeros cuando les presentaba una composición, tocándosela seis veces seguidas sin que las versiones sean parecidas entre sí. “Es posible que nunca lo pilláramos”, dice Nick Mason, el histórico baterista de Pink Floyd. Después la película trata sobre la caída de Barrett en la enfermedad mental y se demuestra la falsedad en que se haya causado por un hábito involuntario de consumir LSD todos los días.
Entonces, ¿qué le pasó a Barrett? Haber consumido LSD en grandes cantidades es algo que confirman todos los entrevistados. Incluso el propio director Thorgerson, quien cuenta que lo acompañó en la primera experiencia ácida. Pero más importante fue su predisposición genética a sufrir un brote psicótico y no soportar la presión mediática causada por el ascenso de Pink Floyd, según señala Waters.
El documental cuenta el momento en el que la banda decide expulsar a Barrett. Su inestabilidad psíquica creciente fue directamente proporcional a la falta de compromiso con el resto del grupo. Así que Pink Floyd incorpora a David Gilmour para reemplazar las noches que Barrett se ausentaba en los shows sin dar aviso. Hasta que un día finalmente lo echan. Pero la película muestra también como Waters, Gilmour y compañía no abandonaron por completo a su viejo amigo. Entre muchas dificultades se cuenta cómo lo ayudaron a grabar los primeros discos como solista y se revela un hecho inédito. En un salto de diez años en la historia, se muestra cuando Barrett se presentó en el estudio Abbey Road en el momento justo que se estaba grabando Wish you were here, el disco dedicado a Barrett, a quien tardaron unos minutos en reconocer por su aspecto totalmente desmejorado.
“Probablemente hicimos por él todo lo que pudimos, aunque todos éramos muy jóvenes. Pero me arrepiento de un par de cosas”, dice Gilmour. Luego, asegura que nunca lo visitó. “Su familia lo desaconsejo porque no le gustaba que le recordaran su pasado, pero lamento no haber ido nunca a la casa y llamar a su puerta. Creo que tanto a Syd como a mí nos hubiera venido bien si hubiéramos ido a su casa a tomar una taza de té”, cuenta. “Gracias por llevarme con suavidad al pasado”, cierra Waters el documental Syd Barret y el origen de Pink Floyd, disponible en la plataforma Movistar+.