En el Oak Ridge High School se les acaba de disparar unas alarmas absurdas y la drástica decisión que han tomado es excesiva: limitar el uso de los WC del instituto.

Los padres de los estudiantes recibieron una carta para informarles que desde ese día se iba a restringir el uso de los servicios del instituto porque los estudiantes van allí a vapear THC y nicotina. Vamos, lo mismo que cuando éramos más jóvenes y nos acusaban de ir a fumar tabaco o echarnos unos porros. ¿Tan grave es el asunto para que lo prohíban?

Pues posiblemente no. California tiene uno de los mejores programas de prevención debido a que, precisamente, la marihuana es legal y los informes de fuentes locales tampoco señalan que el cannabis esté creando serios problemas entre los alumnos. ¿Entonces? Bueno, no vamos a dar por buena ninguna hipótesis pero huele a mezcla de miedo y puritanismo contemporáneo.

El castigo colectivo está entre lo brutal y lo absurdo. Va tal que así: Los servicios permanecerán cerrados durante el tiempo de clase menos los de alrededor de la cafetería. Solo se abrirán en los recreos y durante la comida. Pues van listos si piensan que así van a impedir que la gente pare de vapear.

Como señalan en High Times, un castigo colectivo nunca es la solución. De hecho es una solución muy mala. ¿Qué sucede con los alumnos con necesidades especiales? ¿Qué pasa si alguien tiene una urgencia y no hay un conserje cerca para abrir la puerta del WC?

Resulta irónico que la medida de restringir los servicios sea por la salud de los muchachos pero cerrar los WC resulta mucho más peligroso para la salud.