El ser humano tiene una relación milenaria con el cannabis. Según hallazgos arqueológicos de polen en cerámicas y semillas enterradas en antiguos asentamientos, el primer encuentro con la planta habría sucedido hace al menos once mil años. A lo largo de la historia varias figuras han contado que usaron marihuana, como el ex presidente de EEUU Barack Obama, o músicos, desde Joan Manuel Serrat hasta Rihanna. Pero ahora, diferentes estudios científicos sugieren que a este grupo también se suma una de las personas más famosas de la humanidad: Jesús de Nazaret, quien habría preparado ungüentos de cannabis para realizar sus milagros.
La más reciente publicación sobre los usos del cannabis por parte de Cristo corresponde al libro La llave de la inmortalidad: la historia secreta de la religión sin nombre, escrito por Brian Muraresku y editado por el New York Times hace cuatro años. El autor sugiere que el cristianismo primitivo y Jesús servían un vino infundido con drogas psicodélicas por las influencias que recibían del culto al dios griego Dionisio. Esta publicación recorre la hipótesis de cómo la psicodelia pudo darle forma a la creación de religiones monoteístas donde la marihuana tuvo un rol crucial.
Pero la primera en descubrir la relación entre Cristo y el cannabis fue Sula Benet, una antropóloga polaca que encontró un error de traducción en el Antiguo Testamento. Ella llegó a la conclusión que la palabra kaneh-bosem no era otra cosa que un ungüento de cannabis y que aparece en el libro bíblico del Éxodo (30:22-23), cuando Dios desde un arbusto en llamas le dice a Moisés la receta del aceite mágico de la unción y el incienso sagrado. Yahvé le explica a Moisés que mezcle mirra, canela, cannabis (traducido como “cálamo aromático”) y aceite de oliva. “Unge a ellos como ungiste a su padre, para que me sirvan como sacerdotes. Su unción será un sacerdocio que continuará durante las próximas generaciones”. Es palabra de Dios…
La relación entre los referentes del judaísmo y el cannabis se comprobó en 2020 cuando arqueólogos de la Universidad de Tel Aviv se encontraron restos de la planta en el santuario de Arad, ubicado en el desierto de Negev. Allí, los adoradores de Judea tenían trances mágicos para conectar con Dios 800 años antes del nacimiento de Cristo.
Otro investigador de la relación entre el cannabis y Jesús es Christ Bennett, un canadiense que retomó los trabajos de la antropóloga polaca y otras publicaciones posteriores, quien escribió el libro Sexo, Drogas, Violencia y la Biblia. “Después de la muerte de Cristo, el apóstol Santiago sugiere que las personas enfermas llamaran a sus mayores para que los ungieran con el óleo sagrado en nombre de Jesús (Santiago 5:14). Hay que tener en cuenta que, en el mundo antiguo, enfermedades como la epilepsia eran atribuidas a una posesión demoníaca y que su curación, mediante hierbas, era considerada exorcismo o milagro. Es interesante que el cannabis haya demostrado hoy su eficacia en el tratamiento no solo de la epilepsia, sino de otras dolencias que Jesús y sus discípulos curaban”, le dijo Bennett al periodista Fernando Soriano en un artículo publicado en Infobae.
Bennet dijo también en el mencionado artículo que, en la Torá, la columna de humo que se levantó ante Moisés en la Tienda de la Reunión se conoce como la “Shekinah” y se identifica como la evidencia física de la presencia de Dios. Ninguno de los hebreos en el relato del Éxodo ve ni escucha al Señor. Solo saben que Moisés está hablando con Yahvé cuando sale humo. “Es difícil no ver todos los elementos clásicos del chamanismo en juego en esta descripción del encuentro de Moisés con Dios, y al igual que el profeta Zoroastro, Moisés puede ser visto como una figura chamánica que usaba cannabis como un medio para buscar consejos celestiales”, aseguró Bennet.
Son varios los elementos que indican que Jesús podría haber utilizado cannabis para aliviar dolores de forma milagrosa. Así que una forma de honrarlo durante estas Pascuas podría ser un porro familiar o entre amigos, tanto antes como después del almuerzo del domingo.