Este 2024 se batirá el récord de elecciones presidenciales en un año, con un total de 74 comicios. Uno de los países que votará por un nuevo mandatario es Uruguay y una de las candidatas favoritas difundió presentó un programa de gobierno en donde quiere hacer una modificación sustancial en la regulación del cannabis. Se trata de Laura Raffo, la precandidata del Partido Nacional que pretende eliminar la participación del Estado en el entramado productivo de los derivados de la planta.
El próximo octubre los uruguayos elegirán un nuevo presidente. Pero antes, las formaciones políticas deben definir a sus candidatos. Del lado del oficialista Partido Nacional, que dirige el actual máximo mandatario uruguayo, Luis Lacalle Pou, las opciones se discuten entre el exsecretario de Presidencia, Álvaro Delgado, y la economista Laura Raffo. Esta última realizó ayer su presentación del programa de campaña y, entre alguno de sus puntos, anunció revisar la legalización del cannabis para que los usuarios puedan “optar por consumir sus propios cultivos o integrar sus propios clubes de consumo, pero quitando al Estado de la tarea de distribución y venta del cannabis”.
La línea política de Raffo con respecto al cannabis se alinea no solo a un ala más conservadora dentro del Partido Nacional que desbancó al Frente Amplio tras dos décadas de gobiernos consecutivos. Sino que además se corresponde a una tendencia regional de liberalismo económico a ultranza promovido desde la vecina Argentina que gobierna Javier Milei en donde se busca eliminar al máximo la participación del Estado en la actividad comercial.
En caso que Raffo sea electa presidenta y avance en eliminar la participación del Estado en la producción del cannabis significaría la demolición de un pilar clave en la pionera ley mundial con respecto a la planta. Resulta que Uruguay creó la regulación del cannabis con el objetivo primordial de combatir al crimen organizado disputándole mercado. Recientemente, el país charrúa difundió un informe en el que se asegura que el 51% del cannabis que circula en Uruguay se compra por las vías reguladas. Una de las herramientas que se utilizó para lograr la hazaña fue a partir de la participación estatal en la producción de las flores que se venden en las farmacias. En caso que este canal comercial se destruya, los usuarios verían recortadas sus posibilidades de conseguir cannabis de forma legal y muchos se verían obligados a volver al mercado negro.
En sus propuestas programáticas, Raffo plantea quitar al Estado “de la tarea de distribución y venta del cannabis” https://t.co/tLd71JfYOP
— la diaria (@ladiaria) April 9, 2024