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El negocio de maría, un consejo para Claudia

México será gobernado por Claudia Sheinbaum a finales del año que comienza. La que será la primera mujer presidente ha probado la marihuana y afirma que ella es más de regular que de prohibir, y ha instado a que no se castigue a los jóvenes por consumir cannabis.

El 2024 pinta bien, ya que puede ser un año decisivo para seguir normalizando el consumo de cannabis en Norteamérica, sobre todo en México, donde me preguntan la opinión después de que he declarado ver al país como estaba Canadá hace veinte años: con la marihuana ilegal pero tolerada, es decir, una zona gris experimental. México será gobernado por Claudia Sheinbaum (cuarenta puntos arriba en las encuestas) a finales del año que comienza. La que será la primera mujer presidente ha probado la marihuana y afirma que ella es más de regular que de prohibir, y ha instado a que no se castigue a los jóvenes por consumir cannabis, así que por lo menos veremos que seguirá la tolerancia para este mercado clandestino. “Lo que me parece más importante, y creo que es el tema central, es no criminalizar a los jóvenes que consumen. Finalmente, en lo que no estamos de acuerdo es en la violencia que se genera alrededor de la venta de droga, no en el consumo de productos ilegales”, afirmó Claudia Sheinbaum. Así que el consejo para Claudia es legalizar para que sea congruente con su declaración. 

Lo más lógico para convencer al siguiente gobierno de legalizar la marihuana sería evidenciarar todos los beneficios medicinales del cannabis. Podríamos hacer un libro entero de estudios científicos demostrando dichas propiedades, pero eso no interesa tanto a los gobiernos: ellos son más de dinero y recaudación. Aunque sí les debería interesar la salud, porque cuantos menos enfermos, menos se tienen que gastar en sanidad. 

Entonces usemos ese dinero para convencer al gobierno de que legalice y sea participe de las ganancias a través de los impuestos, que pueden usarse, como en muchos estados de EE UU, para programas de desintoxicación, educación y, en el caso de México, para todos los programas sociales que se están implementando, como pensiones para adultos mayores o becas para que los jóvenes estudien y trabajen en lugar de estar pensando en ser narcotraficantes. 

A continuación, vamos a aportar algunos números para que se convenzan de que el negocio de maría es lucrativo y puede servir para hacer justicia social. Pongamos el caso de California, que cuenta con una población de cuarenta millones de habitantes, muchísimos de ellos latinos, que en su mayoría son mexicanos. México tiene, por lo menos, tres veces más habitantes, lo que significa que es un mercado mucho mayor, que recientemente ha desplazado a España en el tamaño de su economía y este año desplazará a Australia. Cientos de miles de extranjeros están llegando a vivir e invertir allí, así que es el tiempo perfecto para legalizar, porque todos los norteamericanos y europeos que llegan están buscando cannabis medicinal y recreativo. 

La recaudación fiscal por concepto de marihuana recreativa en Cali (sin contar el mercado de marihuana medicinal) de acuerdo con el portal Statista fue de poco más de mil millones de dólares. Seguido por Washington e Illinois, con poco más de medio millón de dólares. Michigan y Colorado rebasaron los trescientos millones y otros estados menos poblados también vieron grandes ganancias, como Oregón, Massachusetts, Nevada y Arizona. Como parte de la justicia social, se ha empezado a liberar presos que fueron encarcelados por fumar o por simple posesión. Esto también se podría aplicar en México para aligerar las cargas carcelarias. 

El mercado de marihuana medicinal en Estados Unidos es aproximadamente de veinte billones de dólares. Los números por estado son muy parecidos a los del uso recreativo: más de mil millones de California, medio millón en Washington y poco menos en algunos otros estados. 

México sigue bajando su tasa de desempleo y podría aprovechar que esta industria está generando muchos puestos de trabajo para rebajarla aún más. En Estados Unidos algunos pagan más de cien mil dólares anuales. Vangst –una empresa de reclutamiento con sede en Denver que condujo un estudio al respecto– estima que hay casi medio millón de personas empleadas a tiempo completo en la industria cannábica. 

Luego está el mercado de extractos y comestibles. Ya existe una gran cantidad y variedad de productos de este tipo: desde la abuelita de Spokane y sus galletas cósmicas hasta el empresario de Las Vegas con sus extracciones de lujo calidad triple A. De acuerdo con Precedence Research: “El tamaño del mercado de extractos de cannabis se estimó en nueve mil doscientos cuarenta millones de dólares en el 2021 a nivel global, y se prevé que alcance más de cuarenta y dos mil ochocientos noventa millones de dólares para el 2030. En Estados Unidos, el valor en el 2022 fue de más de cuatro mil millones, y se espera que se quintuplique para el 2030”. 

Los factores cruciales del crecimiento del mercado son: el uso creciente de cannabis con fines medicinales; el aumento del cáncer; el incremento del uso de cannabis como antidepresivo; el desarrollo de métodos de extracción sostenibles; el aumento de trastornos crónicos, y el hecho de que cada vez hay un mayor número de personas concienciadas sobre los beneficios del cannabis. Así que aconsejamos a Claudia legalización total.

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #313

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