Estamos acostumbrados a que las alegrías más grandes en materia marihuanesca nos las ha dado el pueblo unido, que jamás será vencido. A pesar de muchas divisiones, pugnas internas y las acostumbradas batallas con los conservadores y la ignorancia, la marihuana con fines recreativos se ha legalizado en ocho estados mediante votos, firmas, referéndums y demás. Vermont fue distinto. Otros estados están siguiendo la vía del caso Vermont.
El caso Vermont
El pasado mes de enero, los senadores del estado aprobaron la medida H. 511, que permite la posesión y el consumo de marihuana para el uso que les salga de los cojones a los mayores de veintiún años, la edad adulta en Estados Unidos. La medida, que nació de los legisladores estatales, aún no contempla el comercio, la producción y la venta de maría. Sin embargo, es un paso adelante, ya que las ciudadanas y ciudadanos del estado estarán más tranquilos, sin miedo a ser arrestados.
El gobernador Phil Scott, quien había vetado la ley anteriormente, firmó en secreto la ley H. 511 el 22 de enero, convirtiendo al estado norteamericano de Vermont en el primero en la historia de Estados Unidos que legaliza la marihuana a través de sus legisladores. El gobernador, cuando vetó la ley, ordenó la creación de una comisión bipartidaria para estudiar riesgos en la salud pública, como manejar un vehículo pacheco, que fue su principal pretexto para vetarla cuando los demócratas aprobaron la ley en mayo del 2017. Al verse ya acorralado, dijo que tenían que estudiar los efectos de la marihuana en la crisis de opioides siguiendo el discurso vetusto de Sessions. Pues nada, al final se ha quedado sin escusas para no legalizar, especialmente cuando la mayoría de sus constituyentes (el 57%) apoyan la legalización.
Scott ha dicho un poco compungido que tiene emociones encontradas: “Un número de estados alrededor de nosotros ya la han legalizado, querámoslo o no. Ya está aquí y la gente la está usando, así que tenemos que tomar medidas para el público en general. Personalmente, creo que lo que hagan los adultos en sus vidas privadas es su opción, mientras no impacte en la salud y la seguridad de otros, sobre todo, de los niños”.
La ley, que ganó con setenta y nueve votos a favor por sesenta y seis en contra, entrará en vigor el primero de julio, y permitirá la posesión de una onza o veintiocho gramos de marihuana, suficiente para ponerte atómico. Lo más importante es que también permite el cultivo de dos plantas, excelente noticia para los enfermos, que podrán cultivar su propia medicina con una gran calidad. Resulta extraño que el estado no haya previsto ya el mercado para comerciar con la marihuana. Mientras tanto, la única opción es cultivar, y cualquier transacción tendría que ser de algunos gramos. En realidad, esta legalización es solo para consumo personal, puesto que si te pillan con más de una onza o con un cultivo grande, el castigo será la cárcel, y si creen que estás vendiendo, te aplicarán la máxima sentencia, que son tres años.
Sin embargo, los promota están felices: “El gobernador Scott debe ser reconocido por ayudar a los vermontenses a seguir un camino que va hacia adelante en tiempos donde los políticos electos en otros lugares se aferran a las políticas fallidas del pasado”, ha dicho en un comunicado Paul Armentano, que pertenece a The National Organization for the Reform of Marijuana Laws (NORML).
Matt Simon, de Marijuana Policy Project (MPP), no cabe de alegría y vaticina que esta victoria será la primera de muchas este año, y que caerán legalizaciones como fichas de dominó. Por otro lado, Matthew Schweich, director ejecutivo de la misma organización, ha dicho: “El gobernador Scott y la legislatura de Vermont hicieron historia, al eliminar las sanciones por la posesión de adultos y el cultivo limitado de marihuana. Son los primeros en hacerlo. Los legisladores de todo el país finalmente se ponen al día con sus electores y se dan cuenta de que no hay ninguna razón para castigar a los adultos responsables por poseer una sustancia que es más segura que el alcohol. Vermont ha exhibido un liderazgo real en este tema, e instamos a otras legislaturas estatales a que trabajen por políticas de marihuana sensatas con la misma diligencia”.
El caso New Hampshire
Es el segundo estado en el que los legisladores legalizan la marihuana. Ha sido menos mediático que Vermont pero es igualmente importante. La Cámara de Representantes de New Hampshire aprobó en enero pasado un proyecto de ley para descriminalizar el uso recreativo del cannabis para adultos con un resultado de 207 votos a favor y 139 en contra. El proyecto de la Cámara de Representantes 656, que fue presentado por el representante republicano Glen Aldrich, permitiría la posesión de hasta veintiún gramos de marihuana o tres cuartos de onza para adultos mayores de veintiún años. Asimismo, la medida permitiría el cultivo en el hogar de hasta tres plantas maduras y tres plantas en crecimiento. No hay mercado: sigue estando prohibido vender y no tienen contemplado abrir dispensarios. Este acercamiento no comercial es similar al de su vecino Vermont. En New Hampshire, los legisladores modificaron la ley que hubiera permitido la venta legal de marihuana. Esta legislación ya había sido derrotada, pero pasó relativamente fácil sin el componente de las ventas. La diferencia con Vermont es que aquí es una descriminalización, ya que si estás fumando por la calle te pueden multar con cien dólares por las primeras dos ofensas, y después sube a trescientos, aunque ya ningún poli te puede arrestar, aunque más de lo permitido como consumo personal puede suponer la cárcel.
Los legisladores, obviamente, no están listos aún para tener un comercio abierto, pero, ante la inminente legalización en los estados vecinos, la presión creció para tener un sistema que por lo menos proteja a sus ciudadanos, ya que cerca del setenta por ciento aprueba la legalización. Sin embargo, nadie se quiere perder la bonanza y ya hay una comisión que está examinando cómo podría funcionar un comercio en el estado, lo que traería una completa legalización.
El caso New Jersey
Lo que pasa en este pequeño estado no tendría tanta importancia si no estuviera pegado a Nueva York. El proceso ha sido lento, en parte por el otrora infame gobernador Chris Christie, quien bloqueó las iniciativas. El recién electo gobernador, Phil Murphy, ha prometido que firmará una ley para regular el consumo adulto. Gran parte del electorado le otorgó el voto basado en esa promesa.
En el momento del cierre de esta edición, el gober ya estaba a punto de firmar la ley, ya que prometió hacerlo en los primeros cien días de su mandato, los cuales ya están a punto de cumplirse.
La ley fue introducida por el senador estatal demócrata Nicholas P. Scutari, y legalizaría la marihuana a todos los mayores de veintiún años y se crearía un sistema para la distribución del producto. Murphy ha dicho que esta acción es una forma de corregir el desequilibrio en la justicia social del estado de Nueva Jersey, donde las políticas bajo el malvado Chris Christie rompieron récords de arrestos en el estado por mota en el 2015. Los cientos de miles de arrestos en el estado se deben también a la profunda disparidad racial, que apunta a los de raza negra y, en menor medida, a los latinos. La cosa se va a poner buena en este estado en cualquier momento.
Caso Delaware
El paraíso fiscal de Estados Unidos, donde los consorcios fantasma copulan con las lavadoras corruptas limpiando el dinero sucio de las drogas, armas, corrupción y evasión fiscal. Aquí llegan hombres de negocios de todas partes del mundo, así como sus contrapartes mafiosas. Todos buscando la impunidad fiscal. Hacer negocios en este estado es tan reconfortante para ellos que necesitan unos porritos para festejar sus evasiones.
Una fuerza legislativa es la encargada de evaluar el impacto de legalizar la marihuana recreativa, y cuyo reporte ya debió haberse entregado. El panel formado por veinticinco personas ha estado trabajando desde el año pasado, desde que la legalización fracasó en la Cámara de Representantes. La Constitución del estado no permite iniciativas para ser votadas, así que una legalización tendría que suceder a través del Poder Legislativo. Esperemos que esto suceda este año y Delaware se convierta en el cuarto estado en legalizar vía políticos.
Caso Rhode Island
Los encargados de hacer las leyes en este estado que no es una isla han estado muy ocupados haciendo recomendaciones para una eventual legalización. El estado formó una comisión el año pasado para evaluar el impacto de legalizar la droga recreacionalmente, en respuesta a las políticas relajadas de Maine y Massachusetts. La comisión ya ha entregado algunas recomendaciones, y se espera que este año se introduzca una ley para descriminalizar pequeñas cantidades. El representativo Scott Slater, uno de los responsables, dijo que la prisa es que quieren que se apruebe algo antes de julio, que es cuando el estado de Massachusetts abrirá sus dispensarios de marihuana recreativa. Hay cierta renuencia aún en la Cámara, así que veremos qué sucede este verano.
El caso Connecticut
Algunas municipalidades de ciudades también se han subido al carro de la legalización legislativa. Tal es el caso de la ciudad de Hartford, que el año pasado desafió a los federales pasando una resolución que legaliza la marihuana recreativa en la ciudad. Esta acción, más simbólica que otra cosa, ha presionado a los políticos estatales en donde otros intentos han muerto. Esperemos que el momentum de los estados del noreste de la Unión Americana, región también conocida como Nueva Inglaterra, mande un mensaje fuerte no solo para Connecticut sino para todos los estados, y que por fin derrotemos a Jeff Sessions, Donald Trump y Mike Pence, los tres jinetes del apocalipsis actual.