Desde altas instancias editoriales me informan de que esta sección, tal y como está planteada a día de hoy, ha llegado a su fin y se autodestruirá para mutar en algo nuevo, distinto, diferente… El día 1 de enero del año 2018 de nuestra era.
Normal. Lógico. Comprensible. A fin de cuentas, hemos llegado a un punto en el que la cosa no da para mucho más o –si lo da– nos va ganando la pereza a la hora de seguir disfrutándola. A lo largo de estos meses, y de los que en su día les precedieron, hemos catado el polvo de los extintores, hemos esnifado pastillas de leche de burra, nos hemos fumado la cola de un escorpión, nos hemos chutado esteroides, nos han introducido una pastilla de MDMA en el prepucio, hemos inhalado aire comprimido, nos hemos relacionado con hurracas yonquis, nos hemos administrado oxitocina, gotas de LSD por vía dérmica, snus, Purple Drank, jenkem, líquido de pilas, alas de mariposa, telarañas, pasta dentífrica, adrenocromo, pastillas con heroína, Coca-Cola con aspirina, hebras de plátano, cervecola… Y hemos tenido la ocasión de contar con el inestimable testimonio de otros tantos yonquis galácticos que nos han deleitado con sus desvaríos en la Tercera Fase. Lo dicho: esto da para poco más. Cambiemos de tercio. No obstante, antes de abandonar la nave, hagamos unas últimas batidas para ver si encontramos algo nuevo, distinto, diferente…, que hasta ahora hubiésemos pasado por alto.
Hay otras drogas…, pero no son de este mundo
Hoy en día, gracias a la globalización, podemos acceder a sustancias psicoactivas de las que, hasta hace bien poco, únicamente podían disfrutar unos cuantos viajeros afortunados y algún que otro etnobotánico avezado. Drogas propias de otras épocas y de otras culturas. Drogas de cualquier parte del mundo: kanna (Sudáfrica), kava kava (Polinesia), kratom (Sudeste asiático), ayahuasca (Amazonia). Pero de este mundo…, y ya las hemos tomado y hemos hablado de ellas.
Identidad 2.0
Los tiempos que corren no solo nos permiten tener el planeta entero en la palma de nuestra mano y con él a todas sus posibles drogas. Nos permiten, también, trascender el plano terrenal para habitar otros mundos –virtuales, pixelados–, pero, a fin de cuentas, mundos. En los cuales, ¡bingo!, también hay drogas. Y en los cuales podemos tener otras identidades con las que vivir otras vidas para dedicarlas –como esta– a tomar todo lo que pillemos por banda.
Año 2287
Soy una atractiva dama que ha sobrevivido a una devastadora guerra nuclear. Unos saqueadores se adentraron en el refugio atómico en el que me guarecía con mi familia, mataron a mi marido y luego raptaron a mi hijo. Mi misión debería ser la de recuperar a mi pequeño, pero el videojuego en el que habito (Fallout 4) me permite desenvolverme con bastante libertad. De modo que opto por dejar al nene en adopción de sus raptores y me decanto por un objetivo más afín con mis gustos e intereses. En los foros de internet he oído hablar de una espada legendaria que infringe un daño descomunal, superior al de cualquier otra arma. Un daño que, además, resulta mayor cuanto mayor sea el síndrome de abstinencia a las drogas que sufra su portador.
Mi misión, en consecuencia, será la de engancharme a todas las drogas habidas y por haber mientras busco la espada legendaria para, una vez que la encuentre, convertirme en una despiadada yonqui postapocalíptica que arrase con todos y con todo hasta, ahora sí: encontrar a mi retoño y ofrecerle una vida mejor y más divertida.
Arsenal
El arsenal psicoactivo con el que puedo contar para llevar a cabo mi misión es el siguiente:
- Calmex. Efecto: duplica el multiplicador de ataques sigilosos; percepción: +3; agilidad: +3; adicción: 15%.
- Furia. Efecto: aumenta el daño cuerpo a cuerpo un 50%; adicción: 15%.
- Jet. Efecto: ralentiza el tiempo durante diez segundos; adicción: 10%.
- Jet Fuel. Efecto: incrementa la velocidad de recuperación de puntos de acción; adicción: 15%.
- Med-X. Efecto: resistencia al daño +25; adicción: 10%.
- Mejorajet. Efecto: ralentiza el tiempo durante quince segundos y confiere +3 de fuerza, +3 de resistencia, +65 de salud máxima y +35 de puntos de acción máximos; adicción: 5%.
- Mejoratats. Efecto: fuerza +3, resistencia +3, percepción +3, salud máxima +65; adicción: 15%.
- Mentats. Efecto: inteligencia +2; percepción: +2; adicción: 10%.
- Mentats de frutos rojos. Efecto: destaca a los blancos vivos; adicción: 10%.
- Mentats de naranja. Efecto: +10% de precisión en V.A.T.S.; adicción: 10%.
- Mentats de uva. Efecto: compra un 10% más barato y vende un 10% más caro; carisma: +5; adicción: 10%.
- Musculeína. Efecto: fuerza +2, resistencia +2, salud máxima +50; adicción: 10%.
- Papito. Efecto: inteligencia +3, percepción +3, carisma -2; adicción: 15%.
- Psico. Efecto: daño +25%, resistencia al daño +25; adicción: 10%.
- Psico Jet. Efecto: ralentiza el tiempo quince segundos, daño +25%, resistencia al daño +35, puntos de acción +35; adicción: 15%.
- Psicomejora. Efecto: daño +25%, fuerza +3, resistencia +3, salud máxima +65; adicción: 15%.
- Psicotats. Efecto: daño +25%, resistencia al daño +15, percepción +3; adicción: 15%.
- Sobrecarga. Efecto: +25% de probabilidad de crítico, daño +25%; adicción: 15%.
- Ultrajet. Efecto: ralentiza el tiempo durante quince segundos; puntos de acción: +100. adicción: 15%.
- Viajero. Efecto: suerte +3, carisma +3, fuerza -2; adicción: 15%.
- X-Cell. Efecto: fuerza +2, percepción +2, resistencia +2, carisma +2, inteligencia +2, agilidad +2, suerte +2; adicción: 35%.
Además, cuento con estimulantes, bebidas revitalizadoras… y Addictol, que cura todas las adicciones y que, por lo tanto, no me interesa.
También dispongo de una Central Química en la que producir e idear mis propias drogas. Puedo comprar drogas a otros usuarios, puedo robárselas y puedo ejercer de dealer. Y al que se ponga tonto le atizo con la espada.
Identidad 2.0: informe de vida
Soy plenamente feliz.
PD: Lista de drogas tomada de Vandal e idea del yonqui apocalíptico tomada de 3djuegos: