El DPT, o dipropiltriptamina, es un compuesto que se describió por primera vez en 1973 en un estudio que evaluaba su potencial uso en la psicoterapia. Su duración es relativamente corta, entre 3 y 4 horas por vía oral o esnifada, y más o menos 1,5 horas por vía fumada. En estructura es muy parecido al DMT, un compuesto mucho más conocido que aparece de forma natural en muchas plantas y es usado por varias culturas como herramienta espiritual. Las dos sustancias tienen fama de causar experiencias alucinógenas muy intensas, teniendo el DPT más tendencia a ser caótico e intenso. Aparte de los típicos efectos de los psicodélicos (cambios de percepción, alucinaciones, distorsiones visuales y de sonido, pensamientos abstractos, desorientación, etc.), esta sustancia es capaz de causar alucinaciones envolventes y complejas, como, por ejemplo, la sensación de sentirse transportado a otro lugar o de interactuar con entes imaginarios.
Muchas experiencias tienen en común una temática industrial, futurista o fría, como lo ejemplifica un usuario en el foro Bluelight: “Encuentro que el DPT es en cierta manera frío; siniestro y alienígena son palabras que le pegan bien… Tiene un componente futurista y estéril… ¿Quizás no estéril sino reptiloide? No encuentro la palabra correcta”. Puede ser que esta sustancia sea capaz de generar una experiencia con estos atributos de manera consistente, pero es muy probable que esto sea causado por una asociación subconsciente a su origen sintético. Las dosis son las siguientes, siendo la vía oral la menos efectiva:
La circunstancia más sorprendente del DPT seguramente es que es la sustancia que usa el Templo de la Luz Interior Verdadera para su comunión y otros ritos. Creen que los psicodélicos son el cuerpo de Dios, y que todas las religiones se basan en la experiencia psicodélica. Se fundamenta en la ideología cristiana, pero con un vistazo a sus escritos se puede ver que interpretan la Biblia un pelín diferente. En una entrevista, uno de los miembros de la Iglesia dijo: “Si examinas los escritos de la Biblia, dice que hay cosas como aceite o ungüentos que instruyen a la gente de manera directa. ¿Cómo puede ser? Si estamos hablando de un aceite que te enseña algo, es obvio que hablamos de algo extraído de una planta… Y luego está el pan presencial… Mencionan un espíritu vivo en el pan, y está claro que no se refieren a la levadura. Y al decir que es comida venida del cielo solo se pueden referir a un psicodélico”. Su interpretación de lo divino es literal; Jesucristo dijo que era la luz divina, y ellos reconocen a los psicodélicos como luz, por lo tanto, Jesucristo es un psicodélico, y al consumir el sacramento te acercas más a Dios. Aparte de una filosofía atípica, practican la caridad, por ejemplo, hospedando a gente sin casa, o ayudando a otras personas a superar las drogodependencias. En ningún sitio especifican la razón por la que escogieron el DPT como su máximo sacramento, y de hecho, como regla general, son bastante reservados con respecto a su fe. Se sabe que la Iglesia se fundó en los años ochenta en Manhattan, y que a día de hoy sigue funcionando.
Sin contexto, parece una idea rara consumir una droga a modo de ritual religioso, pero la realidad es que la mayoría de las religiones incorporan los psicoactivos en sus ritos de una forma u otra. Los cristianos tienen el vino; los mazatecos, la salvia; los nativos americanos, el peyote, y así muchos grupos más. La realidad es que las drogas y la religión han coexistido desde sus inicios, y el Templo de la Luz Interior Verdadera solo es una de las más nuevas combinaciones.
Una ventaja del DPT para este grupo es que es poco común, y como consecuencia no está explícitamente prohibido en casi ningún país. Apareció en venta en el mercado gris alrededor del 2003, y nunca ha alcanzado mucha popularidad. La realidad es que se trata de un compuesto caro, difícil de encontrar y que su ingesta genera experiencias incómodas con cierta frecuencia. Exceptuando a los psiconautas más persistentes y una pequeña secta estadounidense, para bien o para mal este compuesto parece destinado a permanecer olvidado.