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Evolución del LSD y derivados

El LSD, o dietilamida del ácido lisérgico, está unido en el imaginario popular a la música psicodélica, la contracultura californiana de los sesenta o la canción de los Beatles “Lucy in the Sky with Diamonds”.

El LSD, o dietilamida del ácido lisérgico, está unido en el imaginario popular a la música psicodélica, la contracultura californiana de los sesenta o la canción de los Beatles “Lucy in the Sky with Diamonds”.

Hoy vamos a hablar de este interesante compuesto y de otros relacionados. Desde su descubrimiento en 1938 por el químico Suizo Albert Hofmann, el uso del LSD se ha extendido por todo el mundo. Hofmann originalmente estaba investigando el potencial de derivados de la ergotamina para uso como analépticos (estimulantes del sistema respiratorio y del sistema central nervioso). Cinco años después decidió revisitar concretamente el número 25 y supuestamente sufrió una intoxicación accidental que le permitió descubrir sus efectos como potente alucinógeno.

Hasta ese momento, no se sabía de ningún compuesto capaz de producir efectos psicotrópicos tan pronunciados por debajo de 1 miligramo. El LSD, desde luego, era una anomalía, y Hofmann lo vio como una potencial herramienta para investigar más en el ámbito de la farmacología, de la neurología e incluso de la psiquiatría. En una entrevista comentó que no hubiese sido capaz de predecir su futuro uso recreativo, aunque hoy en día es la actividad a la que se destina la mayoría de la producción mundial de LSD.

No obstante, desde su descubrimiento hasta su consumo recreativo entre la contracultura popular, se le dieron muchos otros usos. En 1949 Sandoz Laboratories, la compañía para la que trabajaba Hofmann, empezó a investigar posibles usos terapéuticos de esta sustancia y a lo largo de los años cincuenta los medios de comunicación hicieron un seguimiento positivo de esta investigación. Parecía que iba a ser un compuesto útil en muchos ámbitos, especialmente en la psiquiatría. Por ejemplo, entre 1955 y 1958 Sidney Cohen, un psicoanalista muy respetado del periodo, con la ayuda de Aldous Huxley y Betty Eisner, llevó a cabo experimentos para investigar su eficacia para facilitar la psicoterapia, curar el alcoholismo y mejorar la creatividad. Otro caso es el del Hospital Powick, en el Reino Unido: en 1958, se estableció allí una unidad especial para usar LSD en tratamiento psiquiátrico, donde se trataron a 683 pacientes hasta el año 1972. En total, desde los años cuarenta hasta mediados de los setenta, se publicaron más de mil trabajos científicos. Aprendimos más acerca del funcionamiento del cerebro, su estructura, enfermedades mentales y un sinfín de otros temas. Por extraño que parezca, incluso el gobierno Americano hizo pruebas con LSD en un polémico proyecto secreto llamado MK-ULTRA, centrado en el control mental.

En los años sesenta, y con la ayuda de personajes como Timothy Leary y Ken Kesey y grupos como Grateful Dead, Pink Floyd, Jimi Hendrix y los Beatles, se generó mucho interés en el LSD dentro de la población general, y rápidamente se cimentó en la contracultura del momento. En 1965, por petición del gobierno de Estados Unidos, Sandoz Laboratories dejó de exportar LSD a ese país destinado a uso científico y psiquiátrico. A mediados de los años sesenta empezó a caer en desgracia en los medios de comunicación. Llegó a ser tan popular que en abril de 1966 la revista Time publicó un artículo advirtiendo sobre el peligro de su uso. A pesar de haberse demostrado que podía tener usos positivos en ámbitos concretos, en 1970 se fiscalizó en Estados Unidos bajo la categoría 1 de la Controlled Substances Act (‘Ley de sustancias fiscalizadas’), señalando que el LSD tiene “un alto potencial de abuso” y ninguna aplicación médica. En 1971 se prohibió en el resto del mundo por acuerdo de las Naciones Unidas.

Aún se usa en investigaciones científicas con permisos concretos y sigue existiendo una demanda popular por esta sustancia, así que se distribuye mundialmente de manera ilícita. Mencionábamos al principio del artículo que el LSD fue el compuesto número 25 derivado de la ergotamina que Hofmann estudió. Aunque fue la primera sustancia activa en dosis tan bajas, no ha sido la única descubierta desde entonces. Podemos hablar del LSZ, el AL-LAD, el 1P-LSD y el ALD-52, cuatro compuestos que actualmente no están fiscalizados y que son muy parecidos en estructura al LSD.

LSD

 

LSZ

El LSZ es un psicodélico desarrollado por el equipo de David E. Nichols en la Universidad de Purdue para caracterizar el receptor 5-HT2A, al que afectan la mayoría de los psicodélicos para producir sus efectos. Nichols es una de las eminencias de la investigación de psicodélicos, principalmente sobre la relación entre estructura y efectos de estos. El LSZ es ligeramente más potente que el LSD y apareció en el mercado gris por primera vez alrededor del 2012. Las dosis están entre 100 y 300 microgramos, y tiene una duración ligeramente más corta que el LSD, entre 7 y 10 horas.

AL-LAD

El AL-LAD es otro psicodélico muy parecido en estructura al LSD, sintetizado por primera vez por David E. Nichols y descrito por Alexander Shulgin en su libro TIHKAL. Alexander Shulgin fue un psicofarmacólogo que, a lo largo de su vida, sintetizó y estudió más de doscientos compuestos, entre ellos análogos de la mescalina, el MDMA, el LSD y la psilocibina. Tiene una potencia similar al LSD, pero produce más efectos visuales y menos efectos mentales. Tiene una duración más corta que el LSD, entre 4 y 6 horas, y apareció por primera vez en el mercado gris alrededor del 2013.

1P-LSD

El origen del 1P-LSD no está muy claro. Aparece mencionado por primera vez en un estudio de 1983, pero no era el objetivo central del mismo. En cuanto a estructura, es el más parecido al LSD, tan parecido que se especula con que dentro del cuerpo se transforma en LSD. La dosis es prácticamente idéntica al LSD, igual que la duración y los efectos. Se puso por primera vez a la venta en enero del 2015, poco después de que se fiscalizaran el LSZ y el AL-LAD en el Reino Unido. Actualmente, parece que no tiene mucho uso más allá de una alternativa legal al LSD, LSZ o AL-LAD. Incluso parece que es una respuesta a dicha prohibición, ya que la modificación estructural a la molécula hace que evite la legislación británica existente.

ALD-52

El ALD-52 apareció por primera vez en 1957, en una patente de Sandoz Laboratories publicada por Albert Hofmann y asociados. Supuestamente, este compuesto era el ingrediente activo del mítico Orange Sunshine, que fue un secante que circuló a finales de los años sesenta en Estados Unidos. El ALD-52 era producido y distribuido por Nick Sand y otros miembros de un culto llamado The Brotherhood of Eternal Love. En el año 1972 fueron detenidos y juzgados varios miembros por la distribución de LSD. Alegaron que como ellos habían estado vendiendo ALD-52 era una acusación errónea y no se les podía condenar por ello. No obstante, en el juicio se decidió que el ALD-52 era una molécula inestable que podía convertirse espontáneamente en LSD y que además para su síntesis hacía falta usar LSD como intermedio. Aunque ninguna de estas afirmaciones fue verificada con pruebas científicas, como resultado del juicio varios de los acusados fueron sentenciados a veinte años de cárcel.

Ald

Recientemente, el ALD-52 ha resurgido en el mercado y se distribuye libremente por diversas fuentes en el mercado gris, ya que no está fiscalizado en casi ningún país. Los usuarios que lo han probado afirman que en cuanto a potencia y duración es igual al LSD, pero con efectos más suaves, ligeros y sedantes que este.

¿Qué depara el futuro para los derivados lisérgicos?, ¿seguirán fiscalizados en la mayoría de los países y con una percepción negativa por el público? Organizaciones como MAPS en Estados Unidos y la Fundación Beckley en el Reino Unido están trabajando para seguir estudiando los potenciales usos de psicodélicos, y lentamente se está volviendo a empezar la investigación del uso terapéutico de estas substancias. Quizás en un futuro cercano la población general se podrá beneficiar de los hallazgos de estos estudios, y cualquiera podrá volver a servirse de los beneficios que los lisérgicos nos pueden aportar.

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