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Si hablamos de sustancias psicoactivas, casi todo el mundo sabe lo que es la marihuana, la cocaína o la ketamina, independientemente de la imagen que el público tiene de ellas. En cambio, cuando hablamos de las denominadas nuevas sustancias psicoactivas (NPS, siglas por su nombre en inglés: novel psychoactive substances) tales como la metoxetamina, la metilona o el 3-MeO-PCP, menos gente las conoce.

Si hablamos de sustancias psicoactivas, casi todo el mundo sabe lo que es la marihuana, la cocaína o la ketamina, independientemente de la imagen que el público tiene de ellas. En cambio, cuando hablamos de las denominadas nuevas sustancias psicoactivas (NPS, siglas por su nombre en inglés: novel psychoactive substances) tales como la metoxetamina, la metilona o el 3-MeO-PCP, menos gente las conoce.

Estas sustancias han ganado popularidad en los últimos años, sobre todo coincidiendo con periodos en los que hay escasez de las drogas más conocidas. Para cierta gente son una alternativa atractiva por su precio, abundancia y el hecho de que no son ilegales. Estas sustancias, que hasta que se prohíben habitan un limbo legal, han propiciado una especie de “mercado gris” debido a la falta de regulación específica que las prohíba. No obstante, los efectos a largo plazo de estas nuevas sustancias se desconocen, y sus usuarios no dejan de ser conejillos de indias.

3-MeO-PCP

El 3-MeO-PCP es una de estas NPS que actualmente está disponible en este mercado gris. Su nombre científico es 1-[1-(3-metoxifenil)ciclohexil]-piperidina, y pertenece a la clase de los disociativos anestésicos. Fue sintetizado por primera vez en 1979 para investigar la relación entre la estructura y la actividad de los derivados del PCP, otro disociativo anestésico. Sus efectos en humanos no fueron descritos hasta 1999 por un químico anónimo que usaba el pseudónimo John Beagle. Este compuesto es un antagonista de los receptores NMDA, pero además afecta a los niveles de serotonina y tiene un carácter más estimulante que otras sustancias de su clase.

Un miembro más conocido de su clase es la ketamina, con la que comparte tanto efectos como estructura. Aunque cada uno tiene su propio “carácter”, hay una serie de efectos que ambos tienen en común.

Efectos y dosis

Gramo por gramo, el 3-MeO-PCP es mucho más potente que la ketamina o la metoxetamina, y en grandes dosis tiene un carácter estimulante y maníaco. Comparte con el PCP esta característica, y se especula que es debido a la afinidad para el transportador de la serotonina, que no está presente en las otras dos. La duración de sus efectos es de entre cinco y siete horas, y tarda entre veinte y cuarenta minutos en actuar. Aun así, en dosis bajas o moderadas se presentan muchos de los efectos que los usuarios de los otros disociativos anestésicos buscan.

En dosis bajas a moderadas de entre 3 y 10 miligramos, causa un incremento en energía y euforia, y una agradable sensación corporal, así como un cambio en la percepción de la realidad, caracterizado por una sensación de disociación. La percepción del tiempo se ve afectada, se puede dificultar el habla y se pueden producir alucinaciones leves. Estas alucinaciones son diferentes a las de los psicodélicos serotoninérgicos, como el LSD y las setas. Se caracterizan por un sentimiento de despersonalización (la sensación de que las cosas no son reales o de estar en un sueño), y suelen ser menos visuales.

En dosis más altas, de 10 a 18 miligramos, los mismos efectos se ven aumentados y aparecen otros nuevos; alucinaciones muy vívidas, la sensación de salir del propio cuerpo, analgesia, amnesia temporal, confusión, etc.

En dosis muy altas aparecen efectos indeseados como ansiedad, paranoia, náuseas, un estado de manía, etc. Mientras que en dosis altas la ketamina y la metoxetamina tienen un efecto sedante, y pueden hacer que una persona experimente el famoso “K-hole”, este estado no se alcanza con el 3-MeO-PCP, sino que la persona está confusa, anestesiada y estimulada.

De un gramo de ketamina una persona puede sacar entre 5 y 30 dosis, según la intensidad de efectos que busque, mientras que del 3-MeO-PCP salen entre 60 y 200 dosis. Si uno toma demasiada ketamina o metoxetamina puede tener una experiencia desagradable y quedarse inmóvil durante unas horas, mientras que si lo mismo pasa con el 3-MeO-PCP, se puede inducir un episodio maníaco que puede desencadenar episodios de agresividad y autolesiones. Por eso es imprescindible una báscula de precisión o una dilución volumétrica para su correcta dosificación.

 

Disponibilidad y legalidad

3-MeO-PCP

Es curioso que un compuesto que fue sintetizado en 1979, para después caer en el olvido hasta 1999, pueda llegar ahora, casi dos décadas después, a manos de cualquier persona con una tarjeta de crédito y ganas de conseguirlo. Aparece la pregunta: ¿por qué ahora?

Remontémonos a finales del 2014: de las muestras de ketamina que analiza Energy Control desde mayo del 2014 hasta mayo del 2015, solo el 34% llevan ketamina como única sustancia activa, mientras que el 46% llevan otra sustancia distinta. Una posible explicación de esta escasez es el cambio de fiscalización de la ketamina en la India, de lista H a lista X, haciendo mucho más difícil su compra legal y subsecuentemente su distribución ilícita. Dado que mucha ketamina del mercado negro procede de la India, esto afecta el suministro mundial.

Este vacío en el mercado se llena en parte por la metoxetamina, como se puede ver por su aparición en muchas muestras, analizadas por Energy Control, que habían sido vendidas como ketamina. En ese momento, la metoxetamina se vende por internet, es más fácil de conseguir y, además, no está fiscalizada en la mayoría de los países de Europa. Para mucha gente supone una atractiva alternativa a la ketamina.

Pero como dice el viejo refrán: más vale malo conocido, que bueno por conocer. Y donde la ketamina es respaldada por medio siglo de uso médico, y se sabe que su uso crónico puede causar problemas con el hígado y la vejiga y adicción, de la metoxetamina no se sabe nada. Aun así, algunas personas la prefieren antes que la ketamina. Se usa y vende libremente hasta el 2015, cuando es fiscalizada en China y Europa y prácticamente desaparece del mercado.

Esto nos lleva una vez más al presente. En el 2015, parece ser que el mercado mundial de la ketamina se recupera, aunque sigue siendo ilegal. La metoxetamina, por el Orden SSI/1091/2015, de 2 de junio, se incluye en el anexo I del Real Decreto 2829/1977 como sustancia psicotrópica, y también es ilegal. La gente busca algo que pueda ser obtenido con facilidad y que no esté prohibido. Hay muchas alternativas, entre ellas el 3-MeO-PCP, sobre el cual no hay ningún estudio realizado en humanos, así que se desconocen sus posibles efectos y secuelas a largo plazo o potencial de toxicidad. Por ahora solo está regulado en Gran Bretaña y en Bélgica. En diferentes foros, la gente lo destaca por encima de la multitud de otros disociativos anestésicos y lentamente va ganando popularidad. Probablemente esto continuará hasta que el 3-MeO-PCP sea fiscalizado y la gente busque algo nuevo, desconocido y quizás más peligroso pero, por el momento, legal.

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