Desde las setas hasta la síntesis de psilocina y psilocibina
En cuanto a hongos alucinógenos, existen sobre todo dos tipologías. Una de ellas es, principalmente, el tipo representado por la Amanita muscaria, junto con unas pocas especies, como la Amanita pantherina, que presentan unos fuertes efectos psicoactivos de tipo alucinógeno y narcótico. El otro gran tipo es el de las especies psilocíbicas o psilocibias, que son los hongos que producen un efecto psicodélico, propiamente dicho, con muchas similitudes al producido por la LSD o la DMT. Este último tipo de especies fúngicas deben su efecto, sobre todo, a la presencia de psilocina y psilocibina. Estas dos sustancias, precisamente, son compuestos químicos de la misma familia química, las triptaminas, de las dos antes mencionadas, DMT y LSD, máximos exponentes de las sustancias llamadas psiquedélicas. Existen cientos de especies diferentes de este tipo de hongos, repartidos por todos los continentes del mundo.
La psilocina (4-HO-DMT, 4-hidroxi-dimetiltriptamina) y la psilocibina (4-fosforiloxi-dimetiltriptamina) no son los únicos compuestos responsables de los efectos de las setas alucinógenas, también les acompañan otras sustancias de la misma familia, como la baloncestista o la nor-baeocistina, pero que están en mucha menor cantidad.
La historia del uso de este tipo de setas se remonta a muchos miles de años atrás, tanto en rituales como para usos medicinales y, por qué no, también recreativos. Pero el gran interés sobre este tipo de hongos en nuestra sociedad occidental ocurre en 1957 con la publicación de un artículo en la revista Life. En este artículo se describían las experiencias enteogénicas de Robert Gordon Wasson y su esposa Valentina Pavlovna a raíz del consumo de setas con una chamana mexicana llamada María Sabina. Fue un punto de inflexión, en un momento histórico de revolución social, cultural y científica, que despertó mucha atención en el gran público y en la comunidad científica. Uno de los científicos que se interesó, gracias también a la invitación del propio Wasson, fue Albert Hofmann, el mismo que años antes había descubierto la LSD.
Hofmann y su ayudante de laboratorio estudiaron la química de las setas que habían tomado Wasson y Pavlovna. En 1959 describieron la psilocina y la psilocibina como los principios activos responsables de las propiedades psicodélicas de este tipo de setas. Pudieron elucidar su estructura química y describir las primeras rutas de síntesis para producirlas en un laboratorio.
Investigaciones posteriores demostraron que es la psilocina la sustancia psicoactiva propiamente dicha que interacciona con los receptores neuronales y provoca los efectos psicodélicos. La psilocibina se transforma en psilocina dentro del organismo, antes de llegar al sistema nervioso, es decir, el principal compuesto psicoactivo es la psilocina.
Desde la psilocina hasta los derivados sintéticos
Como ha ocurrido con otros compuestos de origen natural, los químicos se han dedicado a generar nuevas sustancias a partir del modelo presentado por la naturaleza. Con la psilocina ha ocurrido lo mismo: a base de sustituir, añadir y modificar partes de la molécula original, han creado diferentes compuestos sintéticos. Estos nuevos compuestos pueden ofrecer un gran abanico de efectos diferentes, desde muy sutiles hasta considerablemente diferentes o potentes respecto a la molécula original. En este sentido, el químico más prolífico fue Alexander Shulgin, que sintetizó alrededor de diez compuestos diferentes derivados de la psilocina, análogos químicamente y similares en sus efectos. En 1997 publicó el libro TiHKAL, que describía, en parte, estas sustancias. Una de ellas merece atención en lo que se refiere a este artículo. Se trata de la 4-HO-MET, sensiblemente parecida a la psilocina (4-HO-DMT).
Actualmente se siguen sintetizando nuevos compuestos derivados de la psilocina, con el fin de conseguir efectos psicodélicos parecidos. Estos nuevos compuestos no están fiscalizados, debido a su novedad en el mercado, de esta manera se presentan como sustitutos legales a las setas, las cuales sí están fiscalizadas y podrían tener consecuencias legales.
Como ya hemos comentado en artículos anteriores de esta sección, la aparición de NPS en la escena del consumo de sustancias presenta un problema de incertidumbre acerca de su seguridad para la salud humana. En general, sobre las drogas clásicas se tienen conocimientos suficientes para poder realizar una buena gestión de placeres y riegos a la hora de consumirlas, pero con las NPS es difícil poder realizar esta gestión debido a la falta de conocimiento. Es un fenómeno bien descrito que existen variados casos de fraude de NPS como si fueran sustancias clásicas, y con la psilocina no es una excepción.
4-ACO-MET vendido como setas psilocíbicas
En este punto del relato es donde podemos aportar nuestra experiencia, desde Energy Control, en la detección de estos fakes de NPS sustituyendo drogas clásicas.
Durante lo que va de año 2021 nos han llegado dos muestras de polvo de setas donde las personas que las habían adquirido esperaban encontrar psilocina y/o psilocibina. El aspecto del polvo de estas muestras no se diferenciaba del aspecto esperado de una seta alucinógena. En su composición, el principio activo predominante ha sido 4-ACO-MET, acompañado de 4-HO-MET en pequeña cantidad. Aquí le hacemos un guiño a nuestro amigo Alexander Shulgin, que sintetizó esta última.
La 4-ACO-MET o 4-acetoxi-metiletiltriptamina es una sustancia relativamente nueva, que muy probablemente haya sido sintetizado a partir de la 4-HO-MET (4-hidroxi-metiletiltriptamina) de Shulgin por algún químico anónimo. Además, se cree que la 4-ACO-MET se transforma en 4-HO-MET al entrar en el organismo, con lo cual la primera sería una especie de prodroga (4-ACO) que se tiene que transformar en la segunda (4-HO) para poder actuar. De hecho, en nuestros análisis de muestras de 4-ACO-MET, siempre encontramos pequeñas cantidades de 4-HO-MET, posiblemente porque se haya realizado una síntesis incompleta a partir de 4-HO-MET y/o porque la 4-ACO-MET se degrada fácilmente en 4-HO-MET.
A nuestro servicio nos han llegado dos muestras, y se podría pensar que son pocas respecto al volumen de análisis anual que tenemos, de unos pocos miles de muestras. Si lo miramos respecto al volumen de venta y consumo de sustancias global, es posible que se hayan estado moviendo muchas más muestras que no hemos tenido a nuestro alcance, ya que nuestros análisis representan una parte minúscula respecto al mercado total.
¿Cuáles son los efectos y los riesgos del 4-ACO-MET?
Como pasa con la gran mayoría de NPS, faltan estudios, por tanto, existen muy pocos datos sobre las propiedades farmacológicas, el metabolismo y la toxicidad de este compuesto. Se recomienda ser muy prudente al consumir esta sustancia. Personas que han consumido describen los efectos de la 4-ACO-MET como muy similares a los de la psilocina o las setas. En este sentido, recomendamos a la persona que esté leyendo esto y no haya consultado información sobre los efectos y los riesgos de las setas psilocíbicas, que consulte la información que hay en un texto dedicado a las setas en nuestra página web.
La única diferencia descrita, en cuanto a efectos, es que parece tener menor sedación que la psilocina, sin tanta tendencia a tener bostezos. En cuanto a dosificación, parece ser sensiblemente menos potente que la psilocina, pero tampoco está muy claro. Más o menos una dosis suave sería de 5 a 20 mg; moderada, de 20 a 30 mg, y fuerte, a partir de 30 mg. La duración de los efectos se describe muy parecida, quizás con unos postefectos más cortos. La duración total suele ser de entre 4 y 6 h, tarda entre 20 y 60 min en subir y la meseta (la máxima intensidad de los efectos) acostumbra a ser de unas 2 o 3 h. Los efectos residuales pueden durar hasta 4 h.
No obstante todas estas pequeñas diferencias, son referencias de personas que han publicado sus experiencias en la web, pero no se han medido u observado de una manera objetiva en ningún estudio. Por lo tanto, están dentro del ámbito de las opiniones y la subjetividad.
Es decir, la 4-ACO-MET parece ser una sustancia muy parecida en efectos a las setas alucinógenas: un fake perfecto.