Pasar al contenido principal

¡Cosecha en julio! La técnica de la floración forzada

¡Cosecha en julio!: la técnica de la floración forzada

A punto de ser cosechada en julio, forzada desde mediados de mayo.

¿Queremos cosechar antes de las vacaciones? ¿No tenemos ganas de cuidar las plantas durante seis meses? ¿Buscamos un sistema sencillo de cultivo en exterior que ofrezca una calidad similar a la de los cultivos de interior? La floración forzada es la solución. Una técnica sencilla con grandes resultados, que nos permitirá cosechar tan solo tres meses después de la germinación.

El cultivo de cannabis en exterior normalmente se lleva a cabo en un periodo de seis o siete meses, que se extiende desde la germinación en abril o mayo hasta la cosecha, casi siempre a lo largo del mes de octubre. No solo es un ciclo largo de cultivo que requiere estar pendiente de las plantas durante mucho tiempo, además, las últimas semanas de floración y la cosecha ocurren en una época en que el tiempo empieza a empeorar y, con frecuencia, hay lluvias y tormentas que pueden dañar los cogollos y favorecer las infecciones por hongos. 

Como sabemos casi todos los cultivadores, una planta de cannabis no autofloreciente (como son la gran mayoría de las variedades clásicas) necesita días largos y noches cortas durante la fase de crecimiento, y días cortos y noches largas durante la floración. En exterior, bajo el ciclo lumínico natural, las semillas germinan en primavera y el crecimiento se lleva a cabo durante la segunda mitad de la primavera y el primer mes del verano. A partir del solsticio de verano, el 21 de junio, los días comienzan a acortarse y las noches se alargan. La gran mayoría de las variedades de marihuana empiezan a florecer en algún momento entre el 15 de julio y el 15 de agosto (la fecha concreta depende de la variedad cultivada y hay algunas, pocas, variedades de sativas puras que empiezan más tarde). La floración suele tardar entre dos y tres meses en completarse –también hay algunas variedades que tardan más, pero no son frecuentes–, por lo que las plantas están listas para ser cosechadas entre el 15 de septiembre y el 15 de noviembre, aunque la gran mayoría se cortan en octubre. 

Las variedades automáticas o autoflorecientes funcionan de otra forma y empiezan a florecer cuando tienen dos o tres semanas de vida, independientemente del fotoperiodo natural. Por esto, la técnica de forzar la floración no tiene utilidad ni funciona con variedades automáticas, solo es útil con variedades no autoflorecientes, tanto feminizadas como regulares.

La ventaja de florecer en junio y julio 

¡Cosecha en julio!: la técnica de la floración forzada

A principios de junio y llena de cogollos, esta planta demuestra lo que se puede lograr forzando la floración.

"Una ventaja de adelantar la floración a junio y julio es que podemos cosechar las plantas antes de salir de vacaciones en agosto"

El ciclo natural de exterior es perfecto para el cannabis siempre que cada variedad se cultive en su región de origen, es decir, en aquella zona para la que está perfectamente adaptada. El problema es que hoy en día las variedades se cultivan en cualquier lugar, independientemente de donde provengan. Por ejemplo, una índica afgana ha evolucionado para florecer en un clima muy seco donde casi no hay lluvias en otoño, por lo que sus gruesos cogollos no corren el riesgo de enmohecerse. Sin embargo, en otros climas con lluvias frecuentes en septiembre y octubre, estas plantas no soportan la humedad y se llenan de hongos. En cambio, si forzamos la floración de las plantas a partir de finales de mayo o principios de junio, lograremos que florezcan bajo un clima mucho más seco y soleado que les permitirá engordar sin riesgo de enmohecerse. 

El número de horas de sol y su intensidad es mucho mayor en junio y julio que en septiembre y octubre, por lo que las plantas disponen de más energía para florecer, lo que da lugar a cogollos más gruesos y resinados y cosechas más abundantes y potentes. Otra indudable ventaja de adelantar la floración a junio y julio es que podemos cosechar las plantas antes de salir de vacaciones en agosto. Esto evita que necesitemos encargar a alguien de confianza el cuidado de las plantas y podremos dejar la cosecha a buen recaudo antes de marcharnos.

La técnica del forzado 

¡Cosecha en julio!: la técnica de la floración forzada

Los cubos van muy bien como macetas baratas y con asa, pero es imprescindible hacerles agujeros de drenaje en el fondo. 

Forzar la floración es extremadamente sencillo. Basta con asegurarse de que las plantas dispongan de noches de al menos doce horas seguidas de oscuridad. Para conseguirlo se pueden mover las plantas a un lugar oscuro cada día (una habitación sin ventanas o con las persianas cerradas y la luz apagada; la oscuridad debe ser total) o crear un sistema que permita mantenerlas sin luz en donde están (por ejemplo, cultivándolas en un invernadero que podamos cubrir con una tela opaca durante doce horas al día). Por lo general, el sistema más sencillo para la mayoría de los pequeños cultivadores domésticos que tienen las plantas en macetas consiste en trasladarlas dentro de casa y meterlas en una habitación a oscuras. Es importante mantener un horario más o menos regular. No pasa nada si un día la noche empieza a las siete de la tarde y al siguiente a las ocho, pero no conviene que varíe mucho más. Lógicamente, la hora a la que las volvemos a sacar a la luz también debe ser más o menos regular. Hay que continuar alargando la duración de la noche durante toda la floración. Si dejamos de hacerlo cuando las noches naturales todavía son cortas, las plantas pueden parar de florecer y revertir al estado de crecimiento, lo que detendría el desarrollo de los cogollos.

Duración de la noche 

¡Cosecha en julio!: la técnica de la floración forzada

Tras diez días forzando, la floración asoma claramente. 

Las doce horas de noche es una medida que sirve para cualquier variedad de cannabis, pero algunas variedades (especialmente, aquellas con mayor proporción de genética índica) pueden tener suficiente con noches de diez u once horas, aunque no les pasa nada por usar noches de doce horas. 

"El periodo de crecimiento previo a la floración debe ser de al menos tres semanas"

Aumentando las horas de noche más allá de doce, podemos conseguir que la floración sea más corta. Si la noche dura trece o catorce horas, lograremos acelerar un poco la floración y las plantas estarán listas para la cosecha al menos una semana o diez días antes que con noches de doce horas, aunque la producción por planta será algo menor, ya que habrán tenido menos días de floración. 

Una planta que florece en el exterior con el fotoperiodo natural no nota un cambio repentino en la duración de las noches, cada día aumenta un par de minutos y la planta entra en floración de un modo más paulatino. En cambio, al forzar la floración la noche pasa, de golpe, a durar doce horas, y esto provoca un comienzo de la floración muy rápido, que se puede observar en cuestión de pocos días.

¿Qué altura deben alcanzar las plantas antes de forzar la floración? 

¡Cosecha en julio!: la técnica de la floración forzada

Esta foto muestra dos tandas de plantas forzadas: las de la izquierda, tras seis semanas floreciendo; las de derecha acaban de empezar. 

El periodo de crecimiento previo a la floración debe ser al menos de tres semanas cuando partimos de semillas, ya que es el tiempo mínimo que suelen necesitar las plantas para alcanzar una cierta madurez estructural que les permita desarrollar una abundante floración. La altura que deben alcanzar depende de varios factores. Si vamos a mover las plantas cada día, es más cómodo que no se hagan muy grandes. Mejor evitar las macetas muy pesadas (entre 10 y 15 l, está bien) y ponerlas a florecer con 40 o 60 cm de altura para que al final de la floración midan de 90 a 120 cm. No todas las variedades crecen lo mismo durante la floración; hay algunas que duplican su altura, mientras otras apenas crecen un cincuenta por ciento. El cambio repentino de la duración de las noches que se produce con la técnica de forzar la floración también provoca que las plantas se estiren menos durante las primeras semanas de floración de lo que lo harían con el fotoperiodo natural. 

En invernaderos en los que se oscurece el espacio de cultivo sin mover las plantas, el tamaño de estas puede ser mayor, pero conviene que no lleguen a tocar el techo, pues eso favorece la aparición de hongos en los cogollos.

El truco del cubo de basura 

¡Cosecha en julio!: la técnica de la floración forzada

Cogollos completamente recubiertos de resina en una planta forzada. 

Conocí un cultivador que tenía una técnica muy curiosa para mantener las plantas a oscuras. Usaba variedades índicas de pequeño tamaño y forzaba la floración cuando tenían unas tres semanas de vida. Cada tarde cubría las plantas con un cubo de basura negro grande de unos cien litros de capacidad puesto al revés. El cubo mantenía la planta en completa oscuridad sin tener que moverla de la terraza y se colocaba y retiraba en un momento. Eso sí, me advirtió que nunca dejaba las plantas cubiertas con el cubo cuando les estaba dando el sol, porque se calentaba como un horno y las plantas se cocían. A su terraza no le daba el sol por la tarde, así que no tenía problema en cubrir las plantas a las siete de la tarde y descubrirlas a las siete de la mañana, antes de ir al trabajo. Para que este truco funcione bien, las plantas deben tener un tamaño claramente más pequeño que el cubo, para que las ramas y los cogollos no choquen contra las paredes interiores de este.

Ojo con las noches 

¡Cosecha en julio!: la técnica de la floración forzada

A las cuatro semanas de floración forzada, esta planta está en plena producción de flores y aún no tiene ningún estigma marchito. 

Hay que vigilar siempre en qué condiciones están las plantas durante las noches para evitar que la humedad sea demasiado elevada, algo que puede suceder si metemos varias plantas en un espacio pequeño. Conviene colocar un termohigrómetro que registre máximas y mínimas para asegurarnos de que no pasan la noche al noventa por ciento de humedad. Esto se puede controlar en parte regándolas por la mañana y no por la tarde, o encendiendo un deshumidificador dentro de la habitación nocturna.

Conclusión 

¡Cosecha en julio!: la técnica de la floración forzada

Las glándulas brillan al sol del mediodía. 

La técnica de la floración forzada permite obligar a las plantas de cannabis a florecer en un momento en que naturalmente no lo harían porque las noches son demasiado cortas. Entre mayo y julio, solo las variedades autoflorecientes o automáticas florecen naturalmente, pues su floración no viene determinada por el fotoperiodo. Gracias a este sistema, el cultivador también puede controlar la floración de las variedades no autoflorecientes y ajustarla a sus necesidades o al momento en que el clima sea más adecuado. Al florecer entre mayo y julio, las plantas se benefician de muchas horas de sol intenso, niveles de humedad ambiental muy bajos que favorecen un desarrollo óptimo de los cogollos y la producción de resina. 

¡Cosecha en julio!: la técnica de la floración forzada

La cobertura de tricomas es completa, aunque todavía engordarán mucho más. 

Una buena idea, cuando cultivamos varias plantas en maceta en exterior, es forzar la floración tan solo de una o dos de ellas. Así, obtendremos una primera cosecha en julio con la que podremos ir fumando durante el verano, mientras dejamos pacientemente que el resto de plantas siga creciendo y desarrollándose bajo el fotoperiodo natural hasta que las cosechemos en octubre. 

El principal inconveniente asociado a la floración forzada es que el cultivador tiene que ocuparse de mover las plantas cada tarde y cada mañana para meterlas y sacarlas del cuarto oscuro donde pasan la noche. Alguien con ingenio y conocimiento seguramente podría desarrollar un sistema para cubrir y descubrir automáticamente un invernadero con una cubierta opaca y convertiría esta técnica en mucho más cómoda.

¡Cosecha en julio!: la técnica de la floración forzada

La enorme intensidad lumínica de mayo y junio favorece un rápido desarrollo de las glándulas de resina. 

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #318

Te puede interesar...

¿Te ha gustado este artículo y quieres saber más?
Aquí te dejamos una cata selecta de nuestros mejores contenidos relacionados:

Suscríbete a Cáñamo